Al día de hoy tenemos en puerta la negociación del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (TLCAN), que ya de antemano está afectando inversiones en
algunos sectores por la incertidumbre que generan los resultados.
Por otro lado, viviremos en nuestro país un proceso electoral, mismo que
puede impulsar o detener el desarrollo e impactar también en la percepción al
exterior y por consecuencia, afectar la confianza de los inversionistas.
Un tercer factor para analizar es la Revolución Industrial 4.0, que
indica que la era tecnológica va a modificar los hábitos de consumo e incidir
en todos los sectores productivos y de servicio.
Ante este panorama, la pregunta es ¿Están las empresas –pequeñas,
medianas y grandes- y la academia informadas y preparándose para el futuro?
Los automóviles, por ejemplo, serán eléctricos y autónomos, por lo que
no requerirán de conductores. La mano de obra en las industrias será sustituida
por robots y procesos automatizados en pos de buscar eficiencias y minimizar
mermas. Las tradicionales tiendas de retail que conocemos perderán
preponderancia ante los consumidores por el e-commerce. La inteligencia
artificial y el internet de las cosas (IoT) transformarán la manera de operar
de las empresas. Se acabarán miles de empleos y resurgirán puestos de trabajo
que hoy no existen.
La academia juega un papel determinante para hacerle frente a estos
retos, ya que preparan a las nuevas generaciones y actualizan los planes de
estudio de acuerdo a las exigencias del mercado laboral. Las universidades
públicas, privadas e institutos tecnológicos cuentan con una plataforma
profesional de docentes investigadores y expertos en diferentes temas.
Es esta una enorme oportunidad para la iniciativa privada: la
oportunidad de impulsar las regiones a través de la vinculación
INDUSTRIA-ACADEMIA.
A los empresarios: sin importar el tamaño de su compañía, acérquense a
este sector y analicen las oportunidades que pueden desarrollar con la academia
para lograr una mayor competitividad, ya sea a través de propuestas o retos
para la comunidad de investigadores que resulten en soluciones innovadoras.
Ya no es suficiente tener buenos resultados en términos económicos; cada
vez más empresas globales exitosas abren un nuevo departamento llamado
DISRUPCIÓN, cuya función es analizar e innovar cada uno de los procesos que
compone el ciclo de operaciones de la empresa, a fin de permanecer como líderes
en su ramo.
Es este un momento clave para transformar nuestras empresas, si buscamos
sobrevivir en los próximos años. Los invito a que disruptamos y fortalezcamos
la industria mexicana, a través de la vinculación.