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Mujeres en la ingeniería, una realidad para Latinoamérica

Victoria Díaz Aguilar, gerente de cuentas de Panduit para Chile.
Julio 14, 2022

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“Nada en la vida debe ser temido, solo debe ser comprendido. Ahora es el momento de comprender más para temer menos”, Marie Curie.

 

El papel de las mujeres en la ingeniería cobra cada vez más fuerza en Latinoamérica y el mundo. Grandes ingenieras como Katya Echazarreta, primera mujer mexicana en llegar al espacio, o Clara O’Farrell, miembro del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, son ejemplos cada vez más sonados internacionalmente.

En el mundo, de acuerdo con datos del informe  de Las mujeres en Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM) en América Latina y El Caribe, de la Organización de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres) y la Oficina Regional de Ciencias para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), a nivel mundial el 29.3% de mujeres son investigadoras y 3% de los premios Nobel en ciencias han sido otorgados a mujeres.

Este porcentaje nos señala un arduo camino en la reducción de la disparidad de género en la ingeniería, la cual es atribuida principalmente a varones. Esto debido principalmente a estigmas sociales en profesiones en las que no hay una presencia femenina alta.

Una de las principales claves para reducir la brecha de género en el sector es otorgar más información a las nuevas generaciones sobre las carreras en ingeniería y lo que estas tienen para ofrecer a las mujeres: las profesiones que existen, los espacios en los que pueden desempeñarse y la aportación que esta área hace a la sociedad. Esto ayudará a disminuir las barreras personales que surgen de la incertidumbre y el miedo a desarrollarse en este ambiente laboral. De acuerdo con la ONU Mujeres y la UNESCO, los profesionales que se desarrollan en el área de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) ganan dos tercios más que quienes se emplean en otros campos.

Ser mujer en la industria de TI representa una oportunidad de aportar, complementar y equilibrar la gestión del negocio para apoyar en la transformación digital. La diversidad de colaboradores en un grupo de trabajo permite la sinergia de los diferentes talentos, lo cual aporta mayor valor a las organizaciones ya que genera equipos con diferentes habilidades, pero enfocados en un mismo objetivo: la resolución de los desafíos del mercado actual.

La mayoría de los retos a los que nos enfrentamos actualmente surgen de los prejuicios que hemos arrastrado de las generaciones anteriores, por ejemplo, tenemos la idea de que debemos ratificar nuestro trabajo ante el mercado y el ecosistema laboral para posicionarnos, aunque esto no lo demande la sociedad.

Otro de los desafíos a los que nos enfrentamos durante el desarrollo profesional tiene que ver con la percepción que se tiene en torno a la maternidad. Independientemente del sector, se plantea la idea de que todas las áreas laborales requieren personas solteras y sin hijos, pues se tiene la idea de que estos ocupan la mayor parte del tiempo de una mujer, debido al estereotipo que existe sobre nosotras y nuestro rol en la familia. Sin embargo, la crianza es una responsabilidad compartida.

Hoy en día se ha logrado la comprensión de que ambos padres juegan un papel importante en el cuidado y protección a los hijos, que va más allá de un rol de género. Dentro de la ingeniería y de las áreas de TI, es común encontrar trabajos flexibles que permiten pasar más tiempo con la familia sin descuidar las responsabilidades laborales.

Es importante que quienes ya nos encontramos en el mercado laboral ayudemos a romper con todos los prejuicios que se tiene y preparar el camino tanto para las ingenieras de nuestra generación, como para las siguientes.

El futuro de la mujer ingeniera

Es cierto que aún hay un largo camino por recorrer, no obstante, cada vez son más las mujeres se encuentran bien posicionadas dentro del sector de ingeniería; muchas de ellas han formado familias y pueden equilibrar su vida laboral y personal con trabajos estables que les proporcionan una buena calidad de vida y un desarrollo profesional óptimo.

En este punto, es importante señalar que la cultura organizacional de las compañías juega un papel fundamental para la inclusión de género. En mi experiencia, la mayoría de las ingenieras que se encuentran desarrollándose profesionalmente de manera exitosa han tenido buenas experiencias laborales que las motivan a continuar creciendo en el sector.

Es necesario que las empresas fomenten políticas inclusivas que ayuden a la integración femenina en los proyectos para garantizar la diversidad de sus equipos de trabajo, el respeto, las oportunidades para el desarrollo profesional y personal de sus colaboradores con recompensas equitativas de acuerdo con su talento y esfuerzo particular, más allá de su género.

Estamos en vías de disminuir la brecha de género existente en este y otros sectores. Aún hay un gran trabajo por realizar, pues en este momento el porcentaje de mujeres que desean unirse a profesiones relacionadas a las ingenierías es bajo. Tan sólo en México, durante el ciclo escolar de 2020-2021, de acuerdo con datos de la ANUIES, de 924,000 estudiantes inscritos en ingenierías, el 31% fueron mujeres, mientras que, en contraste, durante el ciclo escolar 2011-2012, el 27% lo eran.

En este sentido, las mujeres ingenieras, las compañías y la sociedad en general tenemos una gran misión: la de proporcionar información necesaria para eliminar los estereotipos de género en situaciones de aprendizaje, fortalecer la presencia de la mujer en áreas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemática para demostrar que todos los sectores son excelentes para el desarrollo profesional de las mujeres.

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