El volante es casi tan antiguo como el propio automóvil. Y es un hecho que un vehículo circulará en la dirección deseada en función de los movimientos que realice el conductor sobre el volante y del funcionamiento del sistema de dirección.
Pero las tecnologías que hay detrás de un volante y un sistema de dirección son complejas y se han vuelto cada vez más sofisticadas. Por ello, los desarrolladores de Audi trabajan para ofrecer la combinación perfecta entre manejo dinámico y confort. Como resultado, el volante se está convirtiendo en un dispositivo de comunicación y se está transformando en un centro de mando de alta tecnología.
El volante ha sido el elemento dominante en el interior del automóvil y los primeros vehículos de serie de Audi, como el Tipo A y el Tipo B, estaban equipados con productos que en aquella época todavía eran aros de gran tamaño.
Desde entonces, ha evolucionado en paralelo con el automóvil. Gracias a la dirección asistida hidráulica, que la compañía alemana introdujo en los años 80, se pudo reducir su tamaño. Y en 1991, el airbag del conductor pasó a ser de serie y se introdujeron los primeros botones, como el control de volumen y la función de cambio de emisora.
En la actualidad, la última generación de volantes de Audi está compuesta por un armazón fundido a presión y presenta otras ventajas en cuanto a resistencia y características de amortiguación y moldeado. Ofrece hasta 18 funciones y un reconocimiento de agarre capacitivo que apoya las intervenciones de los sistemas de asistencia y que ha llegado a todos los modelos de la marca europea.
Se han establecido tamaños fijos para el diseño y el tacto de los volantes. En la empresa alemana la geometría del aro y la zona central deben ser lo más pequeños y compactos posible. Al mismo tiempo, tienen que ofrecer un diseño deportivo.
Por ello, la armadora automotriz estableció 375 milímetros como estándar de referencia para el diámetro, algo que se aplica en todas las gamas. El diseño de la sección del aro corresponde a un contorno de palma cerrado de forma natural. Y su diámetro oscila entre los 30 y los 36 milímetros, lo que ya representa el límite inferior de lo posible, al equipar el reconocimiento de agarre capacitivo.
La configuración de los brazos del volante debe ajustarse a la disposición básica de la posición de conducción, sin obstaculizar la visión del conductor de las levas de cambio, por ejemplo. En comparación con la competencia, los brazos de los volantes de Audi tienen un diseño muy estilizado, lo que supone un reto en términos de resistencia y seguridad en caso de colisión, además, todos los mandos tienen que ser accesibles con cualquiera de los dos pulgares.
La inclinación del volante depende siempre de la posición de asiento del conductor y se sitúa entre 17 y 24 grados, según el tipo de vehículo. En los SUV el ángulo está entre 22 y 24 grados; en los autos compactos y los sedanes, es de 17 a 21 grados.
En los modelos deportivos, en los que el conductor va sentado relativamente bajo y erguido, la inclinación de la columna de dirección es muy plana, lo cual implica que el volante queda claramente orientado hacia el conductor.
INGENIERÍA
En Audi, los diseñadores e ingenieros colaboran estrechamente en el diseño del volante. Los parámetros críticos que determinan la anchura de los brazos del radio son el diámetro del aro, el espacio para el airbag del conductor y el número de botones.
Cuando se introdujo el airbag, el centro del volante tuvo que hacerse más grande porque las bolsas inflables de primera generación eran voluminosas. A medida que se desarrollaban, los airbags se podían plegar cada vez más.
Al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que los contornos de las líneas de rotura que permiten que se despliegue el airbag tienen que ser invisibles; pero cuando se produce un choque, estos puntos predeterminados tienen que abrirse en un instante.
En cuanto al número de mandos, Audi estipula que sólo se integran en el volante las funciones a las que el conductor necesita acceder rápidamente durante la conducción. Eso incluye, el control del infotainment y de la instrumentación Audi virtual cockpit, así como los controles operados por voz y el teléfono.
El volante del Audi Q4 e-tron y del Q4 Sportback e-tron establece nuevos estándares de diseño, ergonomía y funcionalidad. Integra 18 funciones que se pueden manejar a través de superficies táctiles con acabado black panel.
Para indicar qué botones están activos, sus áreas de función cuentan con retroiluminación. Cuando están inactivos, estas superficies táctiles son prácticamente invisibles.
El volante es mucho más que una herramienta para cambiar de dirección: es la sala de control digital y la interfaz más importante entre el ser humano y el vehículo. Hoy en día, los conductores de un Audi manejan hasta 18 funciones a través de los botones del volante multifunción.
Por tanto, se han convertido en auténticos centros de mando y todos tienen algo en común: comparten la apariencia deportiva característica de los modelos de la marca, se adaptan a las manos del conductor de forma ergonómica y ofrecen una gran funcionalidad con un manejo intuitivo.