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Inventores juarenses solicitan apoyo de la industria

Abril 01, 2018

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Unos estudian la preparatoria, otros la secundaria y algunos inclusive la primaria. Son niños y jóvenes inventores, estudiantes de la Academia de Robótica Mesh Robotix, del Centro Comunitario Fovissste Chamizal, que ganaron medallas y reconocimientos en el Concurso Intercontinental de la Sociedad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (SOLACYT) a nivel nacional.

 

Después de obtener premios en el mismo concurso a nivel estatal, tres equipos de la academia viajaron a Guadalajara para exponer sus proyectos. Ricardo Molina Guzmán y Abraham Martínez Nieblas, de secundaria, ganaron reconocimiento por Cubo Braille, que permite a personas con discapacidad visual aprender a leer. Lorenzo Varela Ollervides, de preparatoria, ganó medalla de bronce por su invento Sensot-P, un chaleco que previene accidentes viales a ciclistas. Finalmente, Noemí González Calzada y Carlos Hernández Castro, de primaria, ganaron medalla de oro por Robótica-laca, un robot calaca que explica el sistema óseo humano.

 

Algo que destacar de estos inventos es su ingenio. Puesto que la academia no cuenta con grandes recursos, los creadores tuvieron que reciclar y reusar partes e invertir ellos mismos. El cubo Braille, por ejemplo, es el primer invento de este tipo hecho por mexicanos. Su costo de producción es de 1,500 pesos; un producto parecido en el mercado es de 3 mil dólares, explicaron los inventores. Por otro lado, el chaleco Sensor-P costó 600 pesos.

 

La academia: un faro de futuros inventores locales

 

La academia Mesh surge de la necesidad de que se impartan clases de robótica en la ciudad. La propuesta la hizo el ingeniero José Alberto Carlos Montes, quien desde la preparatoria participó en proyectos de robótica, pero, al ver la falta de espacios para desarrollar robótica real en la ciudad, fundó esta escuela para aquellos interesados en este ámbito.

 

A pesar de que la academia ha sabido sortear las carencias, aún requieren de equipo material, el que las empresas maquiladoras ya no utilizan, o apoyo económico para el traslado hacia concursos. “Tenemos que trasladar el proyecto, además requerimos viáticos y pagar las inscripciones a los concursos, por lo que donaciones y fondos son bienvenidos”, explicó el profesor, haciendo un llamado a las industrias y empresas locales para apoyar a los que bien podrían ser los siguientes Nikola Tesla o Tomás Alva Edison mexicanos.

 

 

Innovando la enseñanza a personas con discapacidad visual

 

El nombre del invento: Cubo Braille. Sus inventores son Ricardo Adrián Molina Guzmán y Abraham David Martínez Nieblas, ambos estudiantes de secundaria. El propósito del Cubo: enseñar Braille a personas con discapacidad visual a través de una aplicación y un robot que imita los puntos del sistema Braille. Una característica destacable de este proyecto es su precio: es mucho más barato que un mecanismo parecido disponible actualmente en el mercado, el cual cuesta alrededor de tres mil dólares. El Cubo Braille, en cambio, se realizó con un presupuesto de mil quinientos pesos, a los inventores les tomó dos meses crearlo y es el primer dispositivo de este tipo realizado por mexicanos.

 

“Está hecho para que personas con este tipo de discapacidad aprendan a leer y se integren más en la sociedad, esto último porque en Estados Unidos, por ejemplo, es común que en baños y centros comerciales existen textos en Braille”, comentó Abraham Martínez.

 

Este proyecto se hizo acreedor de medalla de oro en el concurso SOLACYT a nivel nacional, en categoría secundaria.

 

Chaleco inteligente

 

P-Sensor es un chaleco pensado en ciclistas y motociclistas, puesto que manejan vehículos que no cuentan con gran protección, según nos explicó su inventor, Lorenzo Varela Ollervides, estudiante de preparatoria. “Ellos, al sufrir un accidente, son los más lastimados. Pueden llegar a tener lesiones muy graves o, incluso, hasta perder la vida”, comentó.

 

Este chaleco cuenta con medidas de prevención contra vehículos normales. Una es un sensor que mide distancias, que les permite a los ciclistas saber el momento en que un carro está detrás de ellos a través de una alarma y un vibrador. “De esta manera, si tú no lo escuchas, lo puedes sentir”, comentó Varela. La otra es una aplicación que se incorpora al chaleco por medio de Bluetooth, la cual hace posible que el conductor utilice direccionales para avisar a otros conductores sobre cambios de carril, además de proyectar mensajes de alto y precaución si se conduce a una velocidad baja. El tiempo que se tarda en poner una direccional con este dispositivo es el mismo para ponerla en un carro normal. “Esta medida de prevención es muy buena. Muchas veces atropellan ciclistas porque no saben a qué carril se quieren cambiar”, explicó.

 

El costo de producción del chaleco fue de 300 pesos, a su inventor le tomó un año crear un prototipo; sin embargo, para crear otro se requieren únicamente dos días. Cabe mencionar este proyecto también se hizo acreedor de medalla de oro en el concurso SOLACYT a nivel nacional, pero en categoría preparatoria.


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