General Motors anunció una inversión de más de 1,000 millones de dólares para entrar de lleno en el 2023 a la producción de vehículos eléctricos
Coahuila es uno de los estados líderes en la fabricación de autopartes a nivel nacional; la calidad en la mano de obra lo distingue como una de las entidades más competitivas del sector y su ubicación geográfica lo coloca como una de las entidades más competitivas para la exportación.
Esta serie de características ha sido determinante para recibir inversiones de empresas que desean estar más cerca de sus clientes en Norteamérica; por otra parte, algunas de las armadoras ubicadas en la región optan por ampliar sus operaciones debido a las ventajas que han encontrado en este lugar.
General Motors (GM) y Stellantis son las dos armadoras de vehículos ligeros que están ubicadas en Coahuila. Aparte de ellas, existen cerca de 300 empresas automotrices, de las cuales, 150 son Tier 1 y el resto se dividen en Tier 2 y 3.
Con una actividad tan fuerte en el ramo automotriz, es fundamental contar con una cadena de suministro competitiva y preparada para adaptarse a las nuevas ideas.
Recientemente, General Motors anunció una inversión de más de 1,000 millones de dólares en el complejo de manufactura de Ramos Arizpe para inaugurar una planta de pintura, la cual deberá estar funcionando en su totalidad para el segundo semestre del 2021. Esta contará con tecnología innovadora e irá preparándose para entrar de lleno en el 2023 a la producción de vehículos eléctricos, además de baterías y componentes para impulsar este tipo de unidades.
Parte del monto inicial servirá también para preparar al sitio para una expansión de las plantas de ensamble y de Sistemas Globales de Propulsión (GPS, por sus siglas en inglés), con el objetivo de convertir al complejo de Coahuila en el quinto sitio de manufactura de GM Norteamérica en producir vehículos eléctricos.
La transición hacia la fabricación de autos eléctricos podría significar un parteaguas para la región. De acuerdo con Fabiola Aguilar, directora del Clúster de la Industria Automotriz de Coahuila (CIAC), la cadena de valor debe de estar preparada para este reto.
En teoría, la fabricación de este tipo de unidades es menos compleja en términos mecánicos, por lo que poseen una cantidad reducida de componentes, lo cual podría significar que alcancen un 52% del valor total de los autos tradicionales.
Consideró que cámaras, clústeres industriales y autoridades estatales deberán implementar una serie de estrategias en busca de aumentar la competitividad de la cadena de valor, misma que hasta ahora goza de un prestigio incluso a nivel internacional por la calidad en sus productos y servicios.
“Este cambio obliga especialmente a las empresas que actualmente producen componentes como radiador, sistema de inyección de combustibles, sistemas de escape, entre otros, a que se adapten a los nuevos requerimientos que formarán la nueva cadena de valor”, declaró la entrevistada.
Fomentar el crecimiento de la cadena de valor y digitalizar sus procesos, será el inicio para entrar en una etapa y puedan tener un mejor control de sus inventarios para poder abastecer a las plantas en el armado de vehículos eléctricos.
La implementación de este nuevo proceso representa para para Coahuila una gran oportunidad de reafirmar su competitividad en el ramo automotriz con la implementación de este nuevo proceso. La producción de autos eléctricos es un tema que ha ganado terreno a nivel mundial: los expertos indican que el futuro va en esa dirección y las grandes firmas de autos apostarán por ese mercado durante los próximos años, dijo la directiva del CIAC.
“Las ventajas de Coahuila seguirán siendo las mismas, General Motors podría haber considerado la ubicación geográfica y la mano de obra altamente calificada y confiable que tienen en Ramos Arizpe. Con la infraestructura que se está preparando en el estado, Coahuila se podría convertir en uno de los centros de distribución más importantes de Latinoamérica. El cambio será gradual, eso dará tiempo para que las empresas hagan los cambios de ingeniería correspondiente y afronten el desarrollo de sus nuevos productos”.
Fabiola Aguilar destacó que Coahuila es líder nacional en la producción de autopartes con aproximadamente un 17% del valor total en México, la inversión de GM sacará a flote la capacidad de los proveedores locales, que le permitan vender a las armadoras dentro y fuera de México.
En cuanto al desarrollo que deberán tener los proveedores en este tipo de procesos, dijo que las autopartes necesitan un poco más de dedicación por el estilo de los vehículos, por lo que ahora los empaques, dollys o rax deberán adaptarse a las peculiaridades de las piezas para su exportación.
DEBERÁ PREPARARSE EL CAPITAL HUMANO
La directora del Clúster consideró que el capital humano es una de las partes más importantes para poder llevar a cabo nuevos procesos; su preparación será determinante para adaptarse a ellos. Afirmó que la mano de obra en Coahuila se ha hecho un prestigio por su alta eficacia para sacar adelante determinados números de producción, incluso ha sido un factor que pesa para la llegada de nuevos proyectos.
“En el estado hay una fuerte vocación automotriz, lo cual representa una enorme ventaja. La capacidad tecnológica con la que se cuenta facilita hacer los cambios necesarios en los modelos de producción. En la actualidad hay 163,000 empleados que cuentan con los conocimientos suficientes para adaptarse a los cambios en esta industria”, detalló la directiva.
General Motors estima producir y vender solamente unidades eléctricas para el 2035, entre sus primeros modelos tiene la intención de fabricar la Hummer y otros 30 vehículos que son los más icónicos para la marca; desde el 2010 se han convertido en pioneros en este renglón con la introducción del Volt al mercado.
CAMBIARÁN VARIOS FACTORES
Mario Hernández, presidente de la Asociación de Industriales y Empresarios de Ramos Arizpe (AIERA), dijo que la industria de manufactura ha sido el principal motor de desarrollo en Coahuila durante los últimos 40 años, periodo en el que se dio la llegada de General Motors a la región y se impulsó a la cadena de suministro como una de las más fuertes a nivel nacional.
Con la irrupción en la fabricación de autos eléctricos en Coahuila, la producción de autopartes deberá ir preparando terreno para adaptarse a esas nuevas formas de trabajo.
“Transformar los procesos es algo que será más común, eso se tiene que hacer por temas de competitividad. Las empresas buscan una rentabilidad y consolidarse en su categoría para ganar mercado. Entre los principales beneficios a la población, es continuar con la generación de empleos formales”, expresó el directivo de AIERA.
En ese contexto, Mario Hernández aseguró que la manufactura en Coahuila irá al siguiente nivel, considerando que algunas autopartes serán producidas con un grado más alto de dificultad, por lo que la parte educativa es otra rama que trabajará para adaptarse a la nueva era en armado de vehículos.
Dijo que la preparación de técnicos debe de seguir por el mismo camino, ya que el sector educativo supo atender las demandas del sector empresarial cuando se encaminaba a la adopción de industria 4.0 y seguramente pronto se verán nuevas carreras en escuelas técnicas o universidades enfocadas a la fabricación de unidades eléctricas.
Para finalizar, el entrevistado destacó que en Coahuila se está avanzando hacia las nuevas tecnologías que facilitan el trabajo, ya que desde hace algunos meses algunas compañías han automatizado sus líneas de producción y algunas otras herramientas de la industria 4.0, a lo que él enfatizó su deseo por ver en un futuro a la industria automotriz del estado a la vanguardia en este tema.