El agua es indispensable para toda actividad humana. Evidentemente, la parte industrial no escapa a ello y en los tiempos más recientes ha tomado mayor foco entre la opinión pública debido a una serie de situaciones, sobre todo en el norte del país.
Resulta importante señalar que todos los sectores productivos tienen camino por recorrer en temas relacionados con el uso, la reducción en el consumo, reúso y reciclaje de agua, sin embargo, se han dado pasos importantes en poco tiempo para la protección y aprovechamiento eficiente del recurso.
Pongamos algunas cifras en el imaginario para tener mayor contexto sobre la situación del agua en México y el papel que tienen que tomar las empresas y todos los involucrados en la utilización del agua. En términos generales, nuestro país no se encuentra bajo estrés hídrico. En la actualidad, México cuenta con 3,620 m3/persona/año, por lo que no se encuentra en una situación generalizada de escasez de agua (que es cuando el nivel de agua cae debajo de 1,000 m3/persona/año), ni experimentará esta realidad hacia el año 2050.
Sin embargo, si lo analizamos más específicamente, las regiones que corresponden a la Península de Baja California, el Río Bravo, las Cuencas Centrales del Norte y la zona del Valle de México observan una situación de escasez. Aquí es donde entramos en terrenos paradójicos, pues en las regiones norte, centro y noroeste del país ocupan 78% del territorio, en ellas habita 77% de la población y se genera 83% del producto interno bruto (PIB), únicamente tienen 33% del agua renovable. Mientras que, en el sur, que ocupa 22% del territorio, habita 23% de la población y se genera 17% del PIB, se cuenta con 67% del agua renovable, de acuerdo con cifras del estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México, “Perspectivas del agua en México: propuestas hacia la seguridad hídrica”.
Dicho lo anterior, es imperativo señalar que, del total del agua disponible a nivel nacional, 76% se destina a la agricultura, 15% al abastecimiento público, 4% a la generación de energía y únicamente 5% a la industria autoabastecida. Aquí es donde apuntamos que las grandes industrias han implementado modelos, estrategias y tecnologías que hacen eficiente la utilización del agua y permiten que muchos de los procesos utilicen el recurso en un ciclo prolongado en el que se usa, se reacondiciona y recicla y se vuelve a utilizar en el mismo o distintos procesos, de acuerdo con la naturaleza de cada proceso industrial.
En las últimas semanas se ha señalado que la producción automotriz requiere aproximadamente de 4,000 litros de agua por vehículo, sin embargo, no se ha mencionado que dicha agua puede ser reciclada y que, gracias a distintas tecnologías, una sola planta puede ahorrar alrededor de 87 millones de litros de agua en solo cuatro meses, lo que puede representar una reducción de costos hasta por 200,000 dólares. Para alcanzar un rendimiento óptimo y máximo ahorro de recursos es importante tener efectivo control de procesos a través de plataformas digitales que controlan el balance en el uso de agua y la calidad en los diferentes puntos del proceso.
La utilización de agua es indivisible de la actividad industrial, sin embargo, actualmente existen métodos para que ello sea sustentable. Los avances seguirán y cada vez los ahorros serán mayores y los giros industriales que los utilizan serán más numerosos.
Por: Jesús Riezco, líder de división en Nalco Water Light para América Latina Norte de Ecolab
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