En la nueva normalidad que estamos viviendo, resultado de la pandemia por covid-19, las empresas deben de considerar la realización de cambios permanentes para garantizar la seguridad de los empleados, prepararse con las herramientas necesarias, realizar adaptaciones en las oficinas, aplicar los nuevos modos de colaboración virtual e implementar la modalidad de trabajo híbrido (oficina + home office) para poder aplicar la sana distancia.
Esto último ya está en la mente de los trabajadores mexicanos, ya que una encuesta que realizamos en OCCMundial en diciembre pasado reveló que a un 77% de los profesionistas le gustaría trabajar bajo un modelo híbrido este año, es decir, con días de trabajo remoto y días en la oficina, si las condiciones por la pandemia lo permitieran.
Este modelo podría traer beneficios tanto a empresas como a empleados. Las primeras pueden ahorrar costos, al tener oficinas más pequeñas o incluso no tenerlas y alquilar un espacio de trabajo (coworking) una o dos veces por semana, además de garantizar las condiciones de autonomía y flexibilidad de sus empleados que se traducen en mayor satisfacción y productividad; por su parte, los trabajadores pueden gozar de flexibilidad en sus horarios, ahorros en costos de transporte y tiempos de traslado, mayor autonomía, equilibrar su vida laboral con la personal y, a su vez, mantener el vínculo físico con compañeros y superiores de manera presencial.
Lo que es importante considerar es si bajo este modelo combinado las compañías están obligadas a apoyar a sus empleados bajo la regulación del home office. Recordemos que la Cámara de Diputados avaló diversas reformas a la Ley Federal del Trabajo para regular el teletrabajo, las cuales entraron en vigor en enero. Entre las modificaciones se encuentra la obligación de los empleadores de asumir los costos derivados de este esquema de trabajo, es decir, pago de servicios de telecomunicaciones y la parte proporcional de electricidad, así como otros insumos. Sin embargo, esto sólo aplicará si los colaboradores realizan por lo menos el 40% de trabajo remoto.
Es así que las empresas tendrán que negociar con los colaboradores y llegar a un acuerdo estipulado en contrato con respecto al esquema de trabajo, sobre todo, el porcentaje de actividades que desarrollarán en casa y las que deberán de realizarse desde el espacio físico de la organización, de modo que el acuerdo sea un ganar-ganar para ambas partes.
Hoy en día no tenemos certeza de cuándo las empresas podrán retomar sus operaciones como lo hacían anteriormente, lo que es un hecho es que el mundo laboral cambió y la experiencia del trabajo remoto llevará a muchas organizaciones a adoptar este esquema para algunos puestos laborales y de implementar un modelo híbrido para muchos otros.
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