Para el 2029 en México, el producto interno bruto (PIB) podría crecer un 8% con la instalación de empresas extranjeras en el país, un fenómeno conocido como nearshoring.
“México está pasando por uno de sus mejores momentos de los últimos 70 años”, señaló el director de análisis y estrategia de Santander México, Alan Alanís, quien al presentar el reporte “Nearshoring Data Monitor”, explicó que la instalación de empresas extranjeras en territorio nacional es un fenómeno en constante crecimiento, que además se reflejará a corto plazo en este 2023 con un incremento de 6% en las importaciones entre México y Estados Unidos.
Lo que implica que el escenario del 14% actual de importaciones, se eleve a 20%, superando a China, que actualmente tiene el primer lugar en la materia con un 17 por ciento.
Cada punto porcentual que México gane referente a las importaciones aceleraría el PIB en 1.3%, agregó Alanís, que también reconoció el potencial en inversión, demanda de proveedores en pequeñas y medianas empresas que actualmente existen, y que se reforzará en aquellos estados que ya son parte de corredores industriales, e incluso en las compañías establecidas en la zona sur.
En Latinoamérica, México es el líder del comercio internacional con Estados Unidos, al registrar cada año al menos 566,000 millones de dólares.
La oportunidad histórica para el nearshoring en México se promueve a través de la atracción de nuevos complejos industriales que ya operan en diversas regiones del mundo, pero que están en búsqueda de agilizar sus procesos de fabricación. “El proceso de reubicación de fábricas desde China hacia México u otras regiones para abastecer al mercado de Estados Unidos es una tendencia sin precedentes que México debe aprovechar”, detalló en su informe el director de análisis y estrategia de Santander México.
El impulso del 8% al PIB se proyecta dentro de los próximos seis años, a partir de este 2023.
