¿Cómo puede ser que regalar sea un acto ambiguo? Por un lado, compramos con amor un regalo para alguien, pero por otro, lo hacemos basados, en cierta medida, en nuestros propios gustos e intereses. Eso suele suceder cuando nos preparamos con chocolates, flores y ropa para el Día de las Madres, por ejemplo.
Si lo pensamos un poco, quizá alguien prefiera recibir lo mismo de siempre: una batidora para hacer una infinidad de pasteles a gusto propio, o un refrigerador inteligente que no solo conserve la comida, sino que ahorre el consumo de energía, o una lavadora interconectada que complete su ciclo de lavado sin vigilancia.
Y aunque mucho se ha criticado el hecho de regalar electrodomésticos a las mamás durante esta fecha, lo cierto es que no podría haber mejor forma de hacer leve la ardua labor de una mujer trabajadora del hogar o económicamente activa.
Estamos hablando de un impacto enorme en la calidad de vida de las personas, considerando a las más de 35 millones de madres mexicanas que contabilizó el Inegi el año pasado. Al menos el 63% de ellas son obreras o empleadas, el 26% trabajan por cuenta propia, el 4% es ayudante con pago, el 3% es trabajadora sin pago y solo el 3% es patrona o empleadora.
En mi opinión, sin importar la actividad a la que se dediquen, el acceso a electrodomésticos eficientes impacta en su bienestar y el de sus familias porque les permite hacer otro tipo de tareas que no necesariamente están relacionadas con la limpieza del hogar. También, al ser inteligentes y más tecnológicos, los nuevos electrodomésticos invitan más al hombre a desempeñarse en las actividades del hogar y así tener equidad en las actividades domésticas.
No hay duda de que el 10 de mayo impacta en varias industrias, incluida la nuestra, de manera positiva y significativa. Tan solo el año pasado, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo contabilizó más de 62,000 millones de pesos en esos tres rubros a propósito de los festejos por el Día de las Madres.
Desde luego, los electrodomésticos figuran como los principales productos que se adquieren durante esta efeméride, pero más allá de los números, nos satisface saber que podemos impactar positivamente en nuestras consumidoras y en la forma que cubrimos sus necesidades básicas.
Mucho del valor de la industria de los electrodomésticos está en mantener su esencia: mejorar la calidad de vida de las personas. Continuamente trabajamos en el desarrollo de tecnologías, materiales, pinturas, capacitación y certificación al personal, y todo eso para conseguir mejores productos que simplifiquen las actividades de todas y todos.
El Día de las Madres me ha ayudado a reflexionar sobre cómo hemos centrado la discusión sobre el permiso moral de regalar o no un electrodoméstico en esta fecha, y considero que estamos perdiendo de vista los beneficios de reducir la carga del hogar a millones de mujeres, sin que ello signifique reforzar alguna clase de estereotipo. Al contrario, estamos buscando equidad en las labores del hogar.
Por otro lado, no olvidemos que no solo el 10 de mayo podemos ofrecer un detalle de amor a nuestras madres, sino que hay 364 días más en el calendario para poder hacerlo. Hagámoslo costumbre, un abrazo de agradecimiento es siempre bienvenido y un electrodoméstico inteligente es siempre agradecido.
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