Por Yoelle Rojas
Parecería que fabricar autos y electrodomésticos no tienen nada en común, pero, por el contrario, la llegada de Tesla a Nuevo León significa una gran responsabilidad para toda la industria manufacturera y desde luego para el CLELAC.
Nuevo León se está posicionando como el epicentro de la atracción de inversión extranjera, el gobierno del estado ha anunciado que captó 9.2% más de IED (inversión extranjera directa) el año pasado que en 2021. Ese crecimiento nos exige no solo entregar productos en tiempo y forma, sino que también tengan la máxima calidad.
Y aunque la llegada de Tesla aún no sucede, nos estamos alistando para ayudar a crecer a la industria automotriz mexicana y desarrollarnos a la par de ella, ya de por sí reconocida con el quinto lugar en la exportación mundial de vehículos ligeros y con el cuarto lugar en la exportación de autopartes, de acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Por raro que parezca, ambas industrias comparten intereses y quehaceres, y puedo anticipar que el CLELAC participará como proveedor y asesor para las nuevas inversiones de tipo automotriz que han tenido especial interés por el estado durante el año pasado.
Un aspecto en común es el uso de materiales para la fabricación de sus productos, como el hule que está presente en aproximadamente 200 piezas para un auto y es parte sustancial para la fabricación de empaques, por ejemplo, que permiten el ahorro de energía en los sistemas de refrigeración.
Por otro lado, no podemos negar que las tecnologías nos dirigen hacia un escenario cada vez más exigente para satisfacer las necesidades de nuestros consumidores, por lo que los dispositivos electrónicos también unen a la industria automotriz con el CLELAC.
Por ejemplo, un informe de Mordor Intelligence indica que se espera que la industria de los sensores inteligentes crezca a un CAGR de 19% durante 2021-2026. Los sensores inteligentes y el reconocimiento de voz posibilitan que los usuarios se comuniquen de forma efectiva con los automóviles y los electrodomésticos.
Esa comunicación es literalmente vital, puesto que la instalación de sensores en los autos puede evitar accidentes al detectar la proximidad de otros objetos cuando manejamos, nos indican que debemos colocarnos los cinturones de seguridad o hace que una lavadora se detenga si por error abrimos la compuerta cuando las aspas están girando.
Es un hecho que el ecosistema manufacturero en México se está modificando en la medida que las nuevas inversiones aterrizan en la región y esos cambios implican que debemos adaptarnos de la mejor forma para que las cadenas de suministro se mantengan estables y seamos capaces de abastecer a las dos industrias sin contratiempos.
Solo hay una forma de lograrlo: manteniendo una comunicación permanente entre los clústeres de la región, los proveedores, la academia y el gobierno. Uno de los aspectos más puntuales en esta relación serán las empresas logísticas de las que dependemos para cumplir en tiempo y forma con nuestros clientes.
Y de nuevo, las tecnologías se hacen presentes para encaminar a estas empresas hacia una logística 5.0 que se apoya de la big data y otras herramientas que permitan la automatización de sus procesos en un ambiente de multiconexión, como el estado de Nuevo León, en donde contamos con 247 km de puentes internacionales cercanos, red ferroviaria, conexión aeroportuaria de forma nacional e internacional, así como con puertos y carreteras del país.
Tanto la industria automotriz como la de electrodomésticos son grandes exponentes de la manufactura en México, por lo que la comunicación y contribución recíproca será vital para que el país se mantenga como uno de los mayores detonadores manufactureros del sector automotriz y de electrodomésticos no solo de la región, sino a nivel mundial.
