En el marco del Foro Biomovilidad Sostenible en Puebla, la Asociación para la Movilidad con Biocombustible en México (Biomovilidad.org) planteó la importancia de considerar los biocombustibles, entre ellos el bioetanol, como una alternativa en la descarbonización para lograr la transición energética en el sector transporte.
“El bioetanol es una opción viable para México, ya que es parte de la solución para disminuir la dependencia de los combustibles fósiles y transitar hacia la descarbonización del sector transporte en el país y un paso fundamental hacia el camino de la transición energética”, señaló Galo Galeana, coordinador general de Biomovilidad.org.
“Pensamos que la visión de movilidad sustentable va más allá de la electrificación, y que el bioetanol puede jugar un rol importante en el futuro de nuestra movilidad como estrategia complementaria para reducir emisiones de CO2”, agregó Galo Galeana durante su intervención en la inauguración del Foro.
En México, el potencial para la producción de bioetanol “es enorme”, ya que se cuenta con caña de azúcar y el sorgo dulce como materia prima, con una industria azucarera distribuida en 15 estados y 267 municipios, y con miles de hectáreas disponibles sin necesidad de violentar las fronteras agrícolas o realizar cambios de usos de suelo.
Adicional, el bioetanol, al ser de origen natural, mejora la calidad del aire en las ciudades, además de que su ciclo de vida reduce significativamente los gases de efecto invernadero al requerir menor intensidad energética para su producción, comparado con la gasolina y otros oxigenantes. Mejora la salud pública al disminuir las emisiones de partículas finas asociadas a enfermedades cardiovasculares y respiratorias, contribuye a reducir los costos de las gasolinas, ya que históricamente el bioetanol es más barato que la gasolina base y otros oxigenantes que se usan actualmente.
En la mesa de diálogo sobre biocombustibles, el químico Luis Manuel Guerra, director del Instituto de Asistencia en Investigaciones Ecológicas, señaló que el país va hacia una economía de bajo carbono y la movilidad eléctrica es una de las mejores opciones, sin embargo, se necesita una estrategia complementaria para contribuir a la descarbonización a través de la implementación de los biocombustibles, como el bioetanol o el biodiésel.
Arturo Sánchez Carmona, coordinador del Laboratorio Futuros en Bioenergía del Cinvestav Unidad Guadalajara, comentó que el bioetanol contribuye con el 7% de los combustibles a nivel mundial y para lograr las emisiones netas cero de CO2 como propone la Agencia Internacional de Energía, tiene que crecer 15%, esto significa que la producción mundial de bioetanol tiene que crecer casi 4% desde hoy hasta el 2050. Resaltó la importancia de la producción de bioetanol avanzado en México. Explicó que más del 50% de los municipios del país cuentan con suficientes residuos agrícolas para satisfacer la demanda local del bioetanol para mezclas al 10% como oxigenante en gasolinas.
A manera de conclusión, los ponentes expresaron que no puede haber acciones aisladas o medidas únicas que lleven al NET ZERO en el sector transporte, por lo que se deben considerar todas las alternativas posibles que ofrecen la innovación y la tecnología para enfrentar la necesidad de reducir de manera integral las emisiones de CO2, entre ellas el uso de biocombustibles.