En la actualidad los vehículos autónomos son una realidad. De acuerdo con datos brindados por Altair Technology, el mercado global de este sector está valuado en alrededor de 54.23 billones de dólares y se espera que para 2026 sea de 556.67 billones.
Para contribuir con la seguridad automotriz en este nuevo paso hacia el futuro, Altair Technology ha desarrollado tecnologías capaces de replicar las pruebas físicas de seguridad mediante simulaciones computacionales, con lo que además de validar la seguridad de las estructuras, se pueden proponer mejoras en el diseño y reducir costos.
Con base en ello, Altair contribuye con las compañías que ya están incursionando en el mercado de los autos autónomos por medio de la simulación:
Simulación de Radar de colisiones: Crear una red entre vehículos por la cual puedan mantenerse en comunicación cuando se encuentren en movimiento.
Altair WinProp: Se encarga de propagar cualquier tipo de señal, como ejemplo la de una antena.
Sistema de detección de colisiones en condiciones de vibración: Por medio de vibraciones a través de la red de automóviles, se anuncia si hay algún inconveniente en las rutas de camino.
Altair
MotionSolve: Estudio de movimiento, donde se realiza una
simulación del coche en movimiento para simular las condiciones dinámicas en
las que va a estar la estructura y basado en esto se hace el estudio de la
antena.
Altair Feko: Software líder para evaluación y diseño de antenas y aparatos que transmitan señales.
Matías Barrón, ingeniero de Aplicación en Altair, dijo que se deben integrar tecnologías actuales como Machine Learning, IoT con las tecnologías pasadas como el funcionamiento de un coche. “Siempre es complejo acoplar algo nuevo sobre lo que ya existe porque lo tienes que tomar en cuenta, tienes que conocer el cómo afecta y no se puede hacer por separado, sino, en conjunto”.
El ingeniero explicó el funcionamiento que actualmente tienen los vehículos autónomos a través de sensores que combinan las nuevas tecnologías a una ya existente, por ejemplo, sensores ultrasónicos, cámaras, antenas; pero principalmente el radar y el lidar.
El radar lanza ondas de radio, las cuales rebotan y
regresan a la antena, permitiendo que la antena tenga la capacidad de medir la
distancia y velocidad a la que esté cierto objeto en el camino, sin embargo, al
generar estas ondas grandes tiene poca resolución, lo que impide la detección
de objetos pequeños. Y aquí es donde entra el lidar, que funciona de la misma
forma que el radar pero con ondas de luz, pues su longitud es más pequeña y
permite la detección de objetos pequeños.
