Los precios de los vehículos al público podrían incrementar entre 5 y 12% a consecuencia de la escasez de semiconductores, anticipó Miguel López Fiesco, consultor, académico y experto en materia logística.
Esto representa una amenaza para las fabricantes de automóviles en el mundo, quienes verán aumentar sus costos logísticos hasta en 20%, derivado de esta coyuntura. Asimismo, esta falta de insumos generará escasez de refacciones, que podrían comprometer la reputación de algunas marcas y modelos, ante la imposibilidad de arreglar vehículos en circulación.
Y es que el especialista detalló que, de los 22,000 números de referencia únicos (SKU, por sus siglas en inglés) que tiene en promedio un vehículo, 100 son chips o utilizan algún tipo de semiconductor.
“Si multiplicamos nosotros 70 y tantos millones de automóviles que se fabrican en el planeta, por 100 microchips que trae cada uno, es una cantidad bastante importante de partes que hay que fabricar”, agregó.
La producción de estos microcomponentes está altamente concentrada en Taiwán, donde se genera alrededor del 60% de esta producción mundial.
Hasta antes de la pandemia, este suministro estaba garantizado para el sector automotriz; sin embargo, el problema surgió con la alta demanda de productos eléctricos y electrónicos que se produjo a causa del confinamiento global, que “deja en una situación incómoda a la industria automotriz. Hay una cola de espera, a través de toda la necesidad que tienen los sectores electrodomésticos y electrónica, para poder abastecerse de chips”, continuó López Fiesco.
SOLUCIONES
La alternativa que propone el experto es que otros mercados inviertan para satisfacer la demanda mundial de este tipo de tecnologías.
En México, aseguró el entrevistado, hay posibilidades de capitalizar esta coyuntura y concretar una inversión para una planta de semiconductores.
“En automático queda el ojo en Querétaro, como una oportunidad por todo lo que te rodea: en Salamanca con Mazda, en San Luis Potosí con BMW, en Toluca con Fiat, Guanajuato con Honda, Nissan con Aguascalientes. El estado de Querétaro lo veo como un ombligo, que tiene la oportunidad para recibir inversiones. Estamos en el ombligo de autopartes. Ahí tenemos la oportunidad de un clúster gigantesco, donde habitan una serie de socios logísticos en transporte impresionante”, destacó Miguel López.
Sin embargo, no será sencilla la instalación de una planta de estas características, pues, de acuerdo con el especialista, el costo de crear una fábrica de chips y su correspondiente cadena de valor podría alcanzar los 40,000 millones de dólares y su concreción podría llevar, por lo menos, 20 meses.
Por ello, el experto urgió a los involucrados a innovar y encontrar soluciones alternas y viables a esta escasez.
“El Covid no viene a pararnos, el Covid viene a hacer un rearreglo y es un costo de subsistir, primero, y el costo de cómo generar nuevas ideas para poder salir adelante. No veo un tropiezo automotriz fatídico, es un temporal, es una crisis; sin embargo, esa crisis se resolverá con nuevos arreglos que hagan más robusta a la red de cadenas de suministros y cadenas de valor”.
