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Monterrey y sus grandes empresas frente a la globalización

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EDGAR REYES PALAFOX

 

Monterrey y sus grandes empresas frente a la globalización

 

Gracias al modelo implementado de crecer hacia adentro que se estableció en el

país en los años 40 y 50, las empresas regiomontanas llegaron en los años previos a la globalización con estructuras consolidadas y con un dinamismo que sería requerido en los próximos años.


Los grupos empresariales aceptaron, para bien o para mal, los grandes cambios

en apertura económica que se estaban llevando a cabo en el país en la década de

los ochenta. Alianzas estratégicas y adecuación de las nuevas tecnologías fue de

lo más relevante que sucedió en la capital de Nuevo León.


Después de haber fortalecido una oferta capaz de satisfacer el mercado interno,

empresas como Cementos Mexicanos, Vitro y ALFA, comenzaron a aventurarse en los mercados internacionales tratando de completar y variar las ofertas en otros

países.


Una de las estrategias llevadas cabo por estas empresas que les permitieron

competir en el ámbito internacional fue la adopción de la organización interna de

las empresas estadunidenses. Además de la integración vertical se comenzaron a

expandir horizontalmente. La diversificación de la producción les permitía

flexibilizarse ante los ciclos económicos de distintos países, compensando las

ganancias perdidas en un rubro con excedentes en otros productos.


Ahora, la diferenciación del producto e innovación tecnológica, expansión en los

mercados y acotamiento de costos reflejados en precios, serían las armas en

común de las empresas mundiales. La depredación de empresas medianas

sucedió inevitablemente, pues no todas pudieron adaptarse al nuevo juego de la

globalización.


Cabe resaltar el caso de CEMEX, quién fue la empresa regiomontana que aplicó

las estrategias de conglomerados internacionales: absorber a la competencia. Su

expansión no tuvo pausa desde los ochenta hasta el presente siglo. Donde no

podía vender sus productos, decidía comprar a sus clientes. Tal fue el caso en los

Estados Unidos.

Las empresas entraron en el nuevo siglo con una cartera de acciones compartida

entre las distintas transnacionales, y precisamente eran estas empresas, las que

aprovecharon el sistema de sustitución de importaciones, las que las empresas

internacionales prefirieron.

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