El tema se abre
a discusión para tomar medidas preventivas en la industria local
Como iniciativa del Comité Automotriz de la Cámara
Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) en León se abrió una
serie de ponencias a fin de que los socios se enteren y apliquen las nuevas
reglas del comercio exterior, tanto para vender sus productos en el extranjero,
como para traer proveeduría de otros puntos del país vecino.
Los despachos
Sánchez Devanny y Foley & Lardner ofrecieron una ponencia sobre las
ventajas y desventajas del Tratado de Libre Comercio (TLC), basados en la serie
de modificaciones realizadas y a realizarse, mismas que podrían afectar las
exportaciones no solo de manera negativa, sino también positiva.
Como primer
tema a tratar se habló de los costos que genera en materia laboral el acuerdo
entre Estados Unidos y México y cómo este tipo de acuerdos afecta a las
exportaciones, por ello, fue necesario realizar un reajuste en sus preceptos.
En su
intervención, Gregory Husisian, socio del despacho Foley & Lardner,
mencionó que ante tal panorama, se sabe que México exporta tanto producto como
mano de obra al país vecino, por lo que, la discusión actual sobre los alcances
del TLC se vuelve un hecho histórico.
“Desde hace
años, tres naciones muy distintas entre sí apostaban por un futuro común que,
desde lo comercial, estrechara lazos en el continente para lograr la zona
económica integrada más grande del mundo, era, ante todo, un ejemplo de buena
sintonía y transversalidad política”.
Manifestó que
dado la intensidad de las declaraciones de Trump, las conversaciones se prevén
arduas en torno a este acuerdo, que a su vez, fue la envidia de países como
Argentina, Chile o Centroamérica, los cuales sin éxito buscaron integrarse en
el bloque hace más de dos décadas.
En este
sentido, José Alberto Campos, socio encargado del área de Comercio Exterior y
Aduanas del despacho Sánchez Devanny, aseveró que los aspectos que interesan
más al gobierno estadounidense como parte de esta renegociación es la industria
automotriz, las condiciones laborales, temas medioambientales, los avances
tecnológicos, los derechos de propiedad intelectual, la “competencia desleal”
de las empresas estatales, las inversiones extranjeras y la solución de
conflictos (decisiones antidumping).
Respecto de la
energía, el interés radica en modificar las disposiciones del TLC sobre
inversiones en México, que excluían este sector, pues en 1994, México se
reservó el derecho de prohibir la inversión extranjera en el rubro energético,
por considerarlo un bien de la nación y un recurso estratégico para la
soberanía.
Situación que
quedó en el pasado y los estadounidenses podrían aprovechar para su beneficio.