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Los electrodomésticos en la era de Trump 2.0

Bitácora del clúster
Yoelle Rojas.
Febrero 07, 2025
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La cuenta regresiva para establecer acuerdos en términos de manufactura ha iniciado. El objetivo debe ser el mismo: mantener el crecimiento y oportunidades para ambos países.

 

 

El cambio de Gobierno en Estados Unidos y las políticas de comercio exterior con las que llega esta nueva administración podría tener un impacto significativo en la industria manufacturera en México, incluyendo, por supuesto, el sector de electrodomésticos en México.

¿Qué pasaría si de un día para otro tenemos un nuevo esquema de aranceles para la producción de nuestro sector? Pues bien, tendríamos que considerar un aumento en los costos y una producción que tendría que revisar cada una de las exportaciones y compras programadas para los próximos meses, en caso de que se cumpliera el amago de imponer impuestos de 25% a productos importados de México y Canadá.

Por otro lado, relajar las políticas ambientales que promueven la eficiencia energética en productos como estufas y lavadoras, tendería a generar cambios importantes en los objetivos y programas ambientales que puedan haber construido, hasta la fecha, las diferentes OEM’s y los proveedores del sector. 

En la industria de los electrodomésticos, la reorganización debería pensarse de manera inmediata, pues existe un gran intercambio entre México y Estados Unidos. Si se imponen los gravámenes, no sólo aumentarán los costos de producción, sino también los precios al consumidor final. 

Ya ocurrió un escenario similar al de 2018, cuando Estados Unidos impuso un arancel del 20% a las lavadoras importadas de China. La medida provocó un aumento del 12% en los precios de estos productos, un incremento que fue amortizado en un 60% por los consumidores estadounidenses, de acuerdo con la firma financiera ING.

Más del 80% de los electrodomésticos que se producen en México se exportan. Y, con el impulso del nearshoring, en el CLELAC estimábamos que la industria de electrodomésticos estaría aumentando el número de unidades que exporta en 2025 y pasaría de 100 millones de unidades de electrodomésticos a 120 millones de unidades el próximo año. Un aumento del 20%.

Sin embargo, la realidad prevista puede dar un giro brusco, dependiendo del avance de las negociaciones entre ambos países. El impulso del nearshoring, me parece, es lo más importante para la manufactura mexicana, el elemento que no podemos descuidar y por el que debemos apresurar acuerdos que terminen con la incertidumbre del momento. 

Por ahora, debemos enfocarnos en atender dos frentes clave: por un lado, la importancia de contar con una manufactura capaz de seguir creciendo en cuanto al contenido nacional, proceso en el cual el CLELAC ha apoyado a proveedores locales, fortaleciendo el desarrollo, tanto de la mano de obra mexicana, como de las nuevas soluciones de punta a punta que podamos generar en nuestro país.

Asimismo, un punto clave será acelerar el desarrollo tecnológico de nuestros proveedores. Esto nos permitirá construir cadenas de producción más sólidas y competitivas en la región, capaces de ofrecer la velocidad, flexibilidad e integración que la industria estadounidense necesita para destacar en el panorama global y competir estratégicamente frente a los grandes jugadores chinos.

Estos días serán decisivos para descubrir por completo cuáles son las grandes oportunidades que nos brinda este momento de incertidumbre, y aprovecharlas para seguir haciendo lo que hemos hecho durante estos últimos años: crecer juntos, hombro a hombro, con nuestros vecinos.

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