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El respeto laboral se gana, no se impone

Columna Index
Alberto Villanueva.
Noviembre 21, 2024
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Existen empleados que cuando van a trabajar sienten temor y les impide realizar su actividad laboral con naturalidad. Hay múltiples factores que pueden incidir en ese temor, pero quizá el mas importante, es cuando es provocado por el jefe.

Ningún jefe es igual a otro, por lo que cada uno tiene sus propias características y su forma de trabajar. Es cierto que nadie nace sabiendo ser jefe, aunque hay quienes tengan talento natural para ser jefes, por lo que si no se sabe ser jefe, hay que aprender a ser jefe, porque el puesto de trabajo no convierte la calabaza en un carruaje por arte de magia como ocurre en Cenicienta.

Sin embargo el estilo de trabajo del jefe, es determinante en la forma como se desempeñan los empleados, por esa razón en esta ocasión se aborda el tema del temor.

Cuando se tiene temor al jefe, se nota, el aire se puede cortar con un cuchillo por la tensión existente en el área, departamento o la empresa, y cuando eso sucede, es una clara señal de que tarde o temprano los fallos, decisiones incorrectas y los malos resultados estarán a la vuelta de la esquina.

Cuando un jefe intimida a los empleados a través de las palabras o sus actos, les provoca inseguridad, miedo, vacilación e indecisión, haciendo que cualquier tarea sea imposible de cumplir aunque sea sencilla, si además el jefe, manipula, abusa de su poder, e insulta, es claro que no habrá trabajo en equipo, por ello, el empleado no buscará consejo ni ayuda de el jefe, y es posible que el empleado pretenda pasar de puntillas durante su jornada de trabajo para “no molestar” al jefe.

Lo que es seguro, es que ese tipo de actitudes en el jefe terminaran pasando factura a la empresa o negocio, porque tal vez podrá generar resultados a corto plazo, pero llegará un momento en que los empleados no soportarán la forma de trabajar. Hoy se sabe que la mayoría de empleados que renuncian a sus puestos de trabajo, lo hacen por el jefe, como la causa principal para dejar la empresa.

El jefe que atemoriza, amedrenta, somete y controla no hace mas que agrandar su incapacidad e inseguridad para trabajar con las personas, evidencia la impulsividad de su toma de decisiones y generar incongruencia e inconsistencia en los objetivos de la empresa.

Siendo el jefe también empleado, está obligado al cumplimiento de las normas laborales, por ello, le podría ser aplicable a sus conductas, las sanciones establecidas por la ley o hasta el despido, debido a la falta de probidad, prevista en el artículo 47 de la ley federal del trabajo, y si ocurren actos de violencia, injurias o malos tratamientos hacia el personal, se agrava la conducta, si como consecuencia de sus actos, se altera la disciplina del lugar de trabajo.

También puede ser sancionable si por la imprudencia de sus actos, compromete la seguridad del establecimiento o de las personas que se encuentren en el, así como cualquier acto inmoral o acoso es sancionable, pues las empresas tienen la obligación de contar con el protocolo para prevenir la discriminación por razones de género y atención de casos de violencia y acoso u hostigamiento sexual.

Además, el artículo 132 establece la obligación de guardar a los trabajadores la debida consideración, absteniéndose de mal trato de palabra o de obra. Y por si aun no es suficiente, el jefe tiene la obligación de vigilar el respeto a los derechos humanos de los empleados.

El daño que puede provocar que un jefe genere miedo en los empleados, mina la confianza y hace que todo sea cuesta arriba en la empresa, por eso, cuando se evalúa al jefe, no debe hacerse solo por los resultados de producción y económicos, sino también debe incluirse su relación con los empleados, pues es inseparable que un mal ambiente de trabajo no va a generar efectos positivos en el negocio, porque ahí es donde radica el problema y quizá la solución.

Cuando hay dudas sobre la forma como un jefe se dirige a sus subordinados se debe hacer una evaluación en los propios espacios o instalaciones donde se trabaja, y no desde un escritorio, porque hacerlo desde lejos, favorece que se perpetúe el problema y sin querer se convierta en complicidad de las conductas del jefe, por no querer ver la realidad, además de enviar el mensaje incorrecto de ser injustos con los empleados que si quieren y pueden hacer bien su trabajo.

Es común que los jefes que saben que su conducta es incorrecta con los empleados intentaran convencer u ocultar con argumentos aunque no se les pregunte, que eso no es verdad, pero no se puede se puede cerrar los ojos a que, si las acciones del jefe son tan fuertes, los empleados ya no escucharan sus palabras, porque el respeto laboral se gana, no se impone.

Siempre hay oportunidad de que las personas mejoren en su desempeño, por lo que ante las primeras señales de que algo no esta bien, hay que actuar, ejecutando un plan que corrija el camino y no esperar a que se encienda la luz roja, por que la confianza de los empleados en la empresa es lo mas valioso que no se puede perder.

 

 

Nota: El artículo escrito solo refleja el punto de vista del autor, y su único propósito es educar en situaciones que pueden ocurrir en la realidad, por lo que no se refieren a una persona o empresa en particular.

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