El reciente nombramiento de Rafael Marín Mollinedo como titular de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) marca un nuevo capítulo en la modernización y fortalecimiento del comercio exterior del país. Con una trayectoria extensa en la administración pública y experiencia previa al frente de la ANAM, Marín Mollinedo regresa en un momento clave en el que las aduanas mexicanas enfrentan grandes desafíos en eficiencia, control y transparencia.
Marín Mollinedo vuelve a la ANAM tras su desempeño como embajador de México ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Ginebra, Suiza, lo que le ha permitido ampliar su conocimiento sobre las reglas del comercio global y la dinámica de negociaciones internacionales. Este factor podría resultar crucial para su gestión en la ANAM, considerando el papel fundamental que juegan las aduanas en la facilitación del comercio y la seguridad nacional.
Cabe recordar que Marín Mollinedo ya había ocupado este cargo en 2022, cuando fue designado por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador. Su reincorporación sugiere una estrategia de continuidad en la visión gubernamental para fortalecer las aduanas y optimizar la recaudación fiscal a través del comercio exterior.
Rafael Marín Mollinedo cuenta con una amplia trayectoria en el sector público y privado. Fue director general del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT), proyecto actualmente bajo la Secretaría de Marina. También dirigió la Autoridad Federal para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales y ocupó cargos de relevancia en la administración pública del entonces Distrito Federal, destacando como director general de Servicios Urbanos y de la Red de Transporte de Pasajeros.
Retos en la gestión de la ANAM
Su regreso ocurre en un contexto donde la ANAM enfrenta retos importantes como modernización tecnológica, combate al contrabando y corrupción, aumento en la recaudación fiscal así como la coordinación interinstitucional.