Ubicado en una zona estratégica del estado de Guanajuato, a pocos kilómetros del corredor industrial de Querétaro, el Polígono Empresarial San Miguel ha evolucionado más allá del concepto tradicional de parque industrial. Hoy, este desarrollo representa un modelo en el que los servicios operados desde el parque son el diferenciador para atraer y retener a empresas de alto valor.
“Los parques industriales ya no pueden limitarse a ofrecer tierra o naves. La oferta de servicios especializados es el nuevo motor de competitividad”, afirmó Zonia Torres, directora comercial del Polígono.
De la infraestructura al valor agregado
El Polígono Empresarial San Miguel inició operaciones con 108 hectáreas y una primera inversión del sector automotriz. Desde entonces, su crecimiento ha sido sostenido; hoy cuenta con 218 hectáreas, 21 empresas instaladas provenientes de Europa, Asia y América, y emplea a más de 6,000 personas en sectores que van desde autopartes, alimentos, recubrimientos y medicamentos, hasta inyección de plásticos y centros de datos.
Más allá de la ubicación o el precio competitivo del suelo, su atractivo reside en un modelo operativo que integra servicios estratégicos como energía, agua y próximamente gas natural, lo cual representa una ventaja clave frente a parques que dependen de proveedores externos o de infraestructura pública limitada.
“Somos de los pocos desarrollos que operan directamente servicios esenciales. Eso garantiza calidad, certeza y continuidad para industrias que no pueden darse el lujo de detenerse”, destacó Torres.
Energía, clave para industrias de alta demanda
Un proyecto reciente ha sido la instalación de una nueva subestación eléctrica de maniobra, que suma 60 megawatts a los ya existentes, con infraestructura redundante que asegura continuidad energética y crecimiento futuro. Esta capacidad ha sido un factor decisivo para atraer hiper escaladores tecnológicos, como los data centers, cuyo consumo de energía es masivo y no negociable.
A esto se suma una infraestructura de fibra óptica a la medida y una red hídrica operada directamente desde el parque, en sincronía con las exigencias de la industria 4.0, manufactura avanzada y data centers.
“Hoy las empresas ya no llegan buscando hectáreas, sino soluciones operativas. Muchas son altamente robotizadas y demandan más energía, gas o agua que espacio físico”, explica la directora comercial.
Una nueva vocación para la región
San Miguel de Allende, más conocida como destino turístico y cultural, se ha convertido en un nodo inesperado pero exitoso de desarrollo industrial. Parte de su atractivo radica en ofrecer calidad de vida a trabajadores y directivos, y menor congestión urbana frente a otros polos industriales. A esto se suma la disponibilidad de talento local, muchas veces proveniente de zonas limítrofes con Querétaro, que encuentra en el polígono una alternativa laboral más cercana y estable.
Actualmente, el polígono ofrece 45 hectáreas disponibles, completamente urbanizadas y con capacidad para recibir industrias de alto consumo energético, como alimentarias, farmacéuticas, tecnológicas y manufactureras especializadas.
La visión de Polígono Empresarial San Miguel se encamina a consolidarse como un parque especializado en servicios industriales, un perfil que lo distingue dentro de la oferta del Bajío y lo proyecta como un actor estratégico para la atracción de inversión extranjera directa en sectores de alta sofisticación técnica.
“Creemos firmemente que el futuro de los parques industriales en México está en los servicios. Ese es nuestro modelo de negocio y nuestra apuesta de largo plazo”, concluyó Zonia Torres.