En la industria manufacturera, el proceso de estampado metálico representa una fase crítica en la fabricación de componentes de alta precisión. La calidad del diseño del producto, la correcta selección del material y la elección adecuada de la prensa son factores clave para garantizar piezas con la resistencia y exactitud requeridas por los sectores más exigentes, como el automotriz.
No obstante, detrás de estos factores se encuentra un aliado imprescindible: la tecnología de la maquinaria empleada. Conscientes de ello, las compañías líderes del sector están invirtiendo cada vez más en soluciones avanzadas que les permitan fortalecer sus capacidades productivas, mejorar la eficiencia y adaptarse a las demandas de materiales cada vez más complejos.
Un ejemplo destacado de esta estrategia lo encabeza Grupo Craemer, compañía internacional reconocida en el ámbito del conformado de metales, que ha decidido fortalecer su capacidad productiva en su planta de Attendorn, Alemania, mediante la incorporación de una servoprensa Nidec Arisa de 800 toneladas, equipada con un sistema Transfer de altas prestaciones.
Tecnología para una producción más exigente

Craemer se dedica al diseño y fabricación de piezas estampadas y conformadas de gran volumen y alta precisión, destinadas a sectores como la automoción, electrodomésticos, sistemas de calefacción y accesorios industriales. En su planta de Attendorn, la compañía produce componentes metálicos ligeros, principalmente para automóviles, entre ellos sistemas de cinturones de seguridad, piezas de fijación y estructuras para asientos, con pesos que van desde los 10 hasta los 500 gramos.
Con una red de distribución que abarca Europa, Asia y Sudamérica, la empresa ha venido ampliando su parque de maquinaria durante los últimos dos años con equipos de mayor capacidad, preparándose para el uso de materiales más resistentes, tendencia creciente especialmente en el sector automotriz.
La incorporación de la servoprensa Arisa, con una fuerza de prensado de 8.000 kilonewtons (800 toneladas) y una longitud de mesa de cuatro metros, refuerza esta estrategia.
“Los materiales que utilizamos han evolucionado considerablemente. Hoy en día, se requiere una mayor fuerza de prensado para transformar las piezas metálicas con la precisión que demandan nuestros clientes”, explica Thomas Burholt, director general de Craemer Attendorn GmbH & Co. KG.
Maquinaria personalizada y conectividad total
Actualmente, la planta cuenta con un total de siete prensas de última generación, con capacidades que van desde 315 hasta 800 toneladas y longitudes de mesa entre 2.5 y 4 metros, lo que les permite procesar chapas de acero y metales no ferrosos de hasta cinco milímetros de espesor.
Además de su capacidad técnica, la servoprensa de 800 toneladas destaca por su integración total de periféricos al sistema de control, lo que permite una operación más sencilla, centralizada y eficiente.
“El hecho de que todo el sistema opere desde una misma interfaz facilita enormemente el manejo y reduce tiempos de ajuste”, añade el director.
Casos como este, demuestran cómo la adopción de maquinaria de última generación y sistemas inteligentes de control se convierte en un factor clave para competir en industrias altamente exigentes y en constante transformación.