En 2025, la industria aeroespacial mexicana se ha consolidado como uno de los diez principales fabricantes a nivel mundial, ocupando el 12.º lugar en exportación de componentes aeroespaciales. La tasa de crecimiento anual de este sector ha sido de aproximadamente un 14 %, lo que refleja su dinamismo y capacidad de expansión.
Durante 2023, las exportaciones alcanzaron un récord de 9,400 millones de dólares, y se estima que para 2024 superaron los 10,700 millones, gracias a una demanda internacional creciente. De acuerdo con la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (FEMIA), el mercado nacional en 2025 está valorado en 11,200 millones de dólares, con una previsión de alcanzar los 22,700 millones hacia 2029, con un crecimiento anual superior al 15 %.
México también se ha posicionado entre los cinco principales receptores de inversión extranjera directa en este sector a nivel global, destacándose por encima de muchas potencias establecidas.
Inversión extranjera impulsa el crecimiento del sector
Desde 2006, México ha recibido más de 3,745 millones de dólares en inversión extranjera directa en el sector aeroespacial. Tan solo en el primer trimestre de 2024, se registraron inversiones por 119.4 millones de dólares en nuevos proyectos. En 2025, el país continúa como uno de los mayores receptores de IED en esta industria.
Los estados que concentran la mayor parte de las inversiones son Baja California (24.4 %), Chihuahua (19.2 %), Coahuila (13.3 %), Nuevo León (7.9 %) y Querétaro (7.8 %), consolidándose como polos estratégicos con plantas de ensamblaje, mantenimiento, reparación y operación (MRO), además de centros de ingeniería. Actualmente, operan 386 empresas aeroespaciales distribuidas en 19 estados del país, de las cuales 370 son plantas especializadas que generan más de 50,000 empleos directos y 190,000 indirectos.
Clústeres y hubs fortalecen a México en la industria aeroespacial
Regiones como Querétaro, Baja California y Chihuahua son pilares de la industria aeroespacial mexicana. Querétaro alberga un clúster robusto con empresas como Airbus y Bombardier, además de un aeropuerto que funciona como centro de carga y MRO. En Baja California y Sonora se destacan por la fabricación de partes críticas, mientras que Chihuahua lidera en ensamblaje de piezas complejas para motores y fuselajes. Nuevo León, por su parte, es sede de compañías como Frisa Aerospace y PCC Aerostructures, especializadas en componentes avanzados. Estas regiones han aprovechado el fenómeno del nearshoring y los beneficios del T-MEC, integrándose plenamente a la cadena de suministro aeroespacial de Norteamérica.
El desarrollo tecnológico ha sido clave para el éxito del sector. Empresas mexicanas como Frisa Aerospace y Kuo Aerospace producen componentes certificados para gigantes como Rolls-Royce y Bombardier. Cerca del 13 % de las empresas aeroespaciales en México destinan recursos a investigación y desarrollo, con proyectos innovadores en sensores, electrónica avanzada y estructuras especializadas. La empresa Hydra Technologies, pionera en el diseño de vehículos aéreos no tripulados (UAVs), refuerza la capacidad del país en tecnología de vigilancia y monitoreo. Además, la colaboración internacional en formación dual y certificaciones especializadas ha permitido a México competir con estándares globales.
La disponibilidad de talento capacitado es un elemento diferenciador para la industria aeroespacial mexicana. Cada año, más de 25,000 profesionistas egresan en áreas como ingeniería mecánica, eléctrica, aeronáutica y mecatrónica, asegurando una fuerza laboral bien preparada. Este esfuerzo es complementado por programas de formación técnica y convenios entre empresas y universidades. Instituciones como la Agencia Espacial Mexicana (AEM) han jugado un papel crucial en la promoción de proyectos de investigación y capacitación en tecnologías avanzadas, cimentando el camino para el desarrollo sostenible del sector.
Recientemente, se celebró la Feria Aeroespacial México (FAMEX) en abril de 2025, que reunió a 337 empresas de 47 países, consolidándose como el evento más importante del sector en América Latina. En este foro, se cerraron importantes acuerdos de inversión y colaboración, destacando proyectos nacionales como el avión Pegasus PE-210A de Oaxaca Aerospace. Además, la feria subrayó el potencial de México en tecnologías emergentes y movilidad aérea avanzada, al tiempo que reforzó alianzas internacionales en áreas de investigación y desarrollo.
El sector aeroespacial mexicano se beneficia de una infraestructura creciente. Aeropuertos clave como el de Querétaro y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) han mejorado su conectividad y capacidad operativa. Programas como IMMEX y el T-MEC han incentivado la importación y ensamblaje sin aranceles, lo que fortalece la competitividad del sector. Sin embargo, persisten desafíos en logística y homologación normativa que requieren atención para asegurar el crecimiento sostenido.
Las proyecciones para 2029 indican que el mercado aeroespacial mexicano duplicará su valor actual, alcanzando los 22,700 millones de dólares. Las áreas de oportunidad incluyen el desarrollo de combustibles sostenibles, sistemas autónomos y satélites.
Aunque el panorama es alentador, la industria enfrenta retos como la dependencia tecnológica, la necesidad de mayor infraestructura en ciertas regiones y la capacitación continua del personal. Superar estos desafíos será esencial para consolidar a México como líder global en la industria aeroespacial.