Localizada estratégicamente en la frontera sur de Estados Unidos, la Foreign Trade Zone No.12 en McAllen, Texas, no solo se ha convertido en un polo de atracción para empresas internacionales, sino también en un motor de crecimiento económico binacional.
Creada en 1973, fue la primera Zona de Comercio Exterior no portuaria del país. Su origen, sin embargo, se remonta a 1934, cuando el gobierno estadounidense aprobó este esquema para fortalecer la competitividad de sus exportadores ante tratados internacionales.
“Desde entonces, ha sido una herramienta clave para agilizar exportaciones e impulsar a las industrias locales”, destacó en entrevista Mark E. García, CEO de la Foreign Trade Zone No.12.
Una ubicación privilegiada
Lo que distingue a la Zona no es solo su estructura o servicios, sino su ubicación única. Situada justo en la frontera con México, su proximidad con la industria maquiladora le otorga una ventaja operativa incomparable.
“Por diseño y geografía, estamos perfectamente situados para aprovechar el comercio binacional. Eso nos hace únicos frente a otras zonas en el país”, afirmó el directivo.
Forma parte de la Asociación Nacional de Zonas de Comercio Exterior de EE. UU., y de la de Texas, único estado con su propia asociación estatal, lo que ha sido clave para su trayectoria.
“La frontera ha generado mucho interés por el modelo que hemos desarrollado aquí”, explicó García, quien subrayó que el modelo de McAllen ha servido de ejemplo para otras zonas en los últimos años.
Generador de empleo y desarrollo
Desde su fundación, tanto la Zona de Comercio Exterior No.12 como el McAllen Economic Development Corporation (MEDC) operan como organizaciones sin fines de lucro con un mandato claro: generar empleo e impulsar el desarrollo económico.
“Invertimos en la comunidad, compramos terrenos, desarrollamos parques industriales, y trabajamos para atraer empresas de todo el mundo”, explicó García. Actualmente, más de 100 empresas de 42 países, incluyendo México, Malasia, Taiwán y Singapur, operan dentro de la zona.
“Ofrecemos instalaciones seguras, tarifas competitivas y un ecosistema logístico eficiente que resulta muy atractivo para las industrias, especialmente la automotriz”, añadió.
Más que un parque industrial
La Zona opera sobre un terreno de 775 acres, de los cuales 180 acres cuentan con casi un millón de pies cuadrados en espacio de almacenes y distribución. Pero va mucho más allá de ser un parque industrial.
“Ofrecemos servicios logísticos de clase mundial: manejo de inventarios, consignaciones, administración de inventarios de proveedores. Todo con personal capacitado y tecnología avanzada”, detalló García. Además, la Zona de Comercio Exterior No.12 no solo administra edificios, sino que es dueña de la mayoría de las instalaciones, lo que ha sido posible gracias a la oferta de servicios integrales que atraen inversión y permiten construir más infraestructura. Ventajas estratégicas para el futuro El crecimiento de la Zona no da señales de desaceleración.
“Nuestro objetivo es seguir invirtiendo en automatización, mejorar nuestros servicios tecnológicos y expandirnos dentro del condado de Hidalgo”, anticipó el CEO. García también enfatizó que la región posee una ventaja única, permitiendo a las empresas operar en ambos lados de la frontera con facilidad. “Pueden tener su base en Texas y producir en México, o viceversa. Esa flexibilidad es clave para su competitividad”.
Respecto a los cambios arancelarios globales, García consideró que tendrán un impacto generalizado, pero que la frontera sigue siendo competitiva gracias a su ubicación. Sin embargo, advirtió que será necesario también abordar reformas migratorias para asegurar una fuerza laboral que sostenga el crecimiento industrial.
“De aquí a 2050 dependeremos cada vez más de la inmigración. No podemos hablar de industria sin hablar de quién la va a operar”, alertó. La Zona de Comercio Exterior No.12 se ha consolidado como un modelo ejemplar de zona franca. Su enfoque integral, que combina logística, infraestructura, atracción de inversiones y desarrollo social, ha hecho de McAllen una de las regiones más dinámicas de la frontera.
“Nuestro propósito es claro: ofrecer servicios logísticos de clase mundial, expandir el programa de zona franca, crear empleos y mejorar el bienestar económico de nuestra comunidad”, concluyó García.
Beneficios clave de las Foreign-Trade Zones (FTZ)
- Exención o reducción de aranceles e impuestos: Ideal para empresas que importan materiales o exportan productos terminados, ya que disminuye significativamente los costos.
- Flujo más ágil de bienes: Las mercancías pueden manejarse con menos restricciones regulatorias mientras están dentro de la zona, facilitando las operaciones logísticas.
- Reducción de costos operativos: Gracias a menores cargas fiscales y procesos más simples, las empresas pueden optimizar sus finanzas.
- Flexibilidad operativa: Se permite el ensamblaje, transformación o reexportación de productos dentro de la FTZ, lo que brinda una gran ventaja para adaptarse rápidamente a las demandas del mercado internacional.
- Optimización de la cadena de suministro: Las empresas pueden planificar y responder mejor en un entorno competitivo global.
- Atracción de inversiones y promoción del comercio internacional: Las FTZ son herramientas estratégicas para fortalecer economías locales y generar empleos a través de la inversión extranjera.
