La industria textil mexicana, uno de los pilares históricos de la economía nacional, enfrenta una transformación impulsada por cambios en las políticas arancelarias internacionales: el aumento de la competitividad global y las crecientes exigencias en sostenibilidad.
Las recientes políticas arancelarias han encarecido insumos clave como telas, tintas y maquinaria, afectando a diseñadores, talleres de impresión y maquiladoras. Aunque el gobierno busca proteger el mercado interno, el aumento de gravámenes a productos asiáticos ha dificultado la competitividad, especialmente para emprendedores y pequeñas empresas con limitadas alternativas nacionales de abastecimiento.
De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Textil (CANAINTEX), la balanza comercial del sector registró un déficit de 4,280 millones de dólares de enero a noviembre de 2024, debido al debilitamiento del tipo de cambio y la dependencia de insumos importados.
Impresión textil en un contexto desafiante
Un estudio de FESPA México, indicó que el sector de impresión textil enfrenta costos operativos crecientes y la necesidad de modernizar su tecnología. La falta de una política industrial clara que fomente la transferencia tecnológica y facilite el acceso a insumos clave pone en riesgo su competitividad frente a otros países con mejores condiciones fiscales y apoyo estatal.
Nearshoring como estrategia clave
En medio de este panorama, el nearshoring representa una oportunidad estratégica. Grandes marcas buscan proveedores cercanos que garanticen calidad, trazabilidad y cumplimiento normativo. México tiene el potencial para responder a esta demanda mediante la construcción de una cadena de valor integrada y moderna.
La transformación del sector textil no puede desligarse de la sostenibilidad. Las demandas internacionales obligan a adoptar procesos limpios, tintas ecológicas y materiales reciclables. Paralelamente, la innovación tecnológica se convierte en un pilar para incrementar la competitividad, desde software avanzado para diseño hasta maquinaria con menor impacto ambiental.
Hacia un modelo integrado y resiliente
“Para enfrentar los retos del entorno arancelario y las exigencias globales, la industria textil mexicana debe apostar por la inversión en tecnología, la colaboración intersectorial y el diseño de políticas públicas que impulsen la competitividad sin limitar la creatividad”, citó el estudio.
Con un modelo integrado e innovador, México podría consolidarse como un referente mundial en diseño, sostenibilidad y producción textil, aprovechando la coyuntura actual para fortalecer su posición en el mapa global.