Texas, una de las economías más fuertes del mundo clasificada como la séptima a nivel global, continúa consolidándose como un destino estratégico para empresas mexicanas que buscan expandirse en Estados Unidos. Así lo compartieron Zaira Sáenz, directora de Operaciones, y Delia Benavides, representante de la Oficina de Texas en México, quienes destacaron el papel clave de esta oficina en el fomento de la inversión mexicana hacia el estado tejano.
“La función principal de nuestra oficina es atraer inversión y apoyar proyectos de expansión desde México hacia Texas. Acompañamos a las empresas en su proceso de aterrizaje suave (soft landing), en la selección del sitio y en todo lo que necesiten para iniciar operaciones con éxito”, explicaron.
De acuerdo con Sáenz, en los últimos meses se ha observado un creciente interés por parte de empresas mexicanas, especialmente en sectores como manufactura avanzada, energía, servicios médicos y tecnología. Este auge responde tanto a las ventajas competitivas de Texas como a la diversidad de su ecosistema económico.
Cada región del estado ofrece oportunidades específicas según el sector de interés. Por ejemplo, San Antonio destaca por su industria automotriz y manufacturera; Houston y Dallas concentran el sector petroquímico y los corredores energéticos; mientras que ciudades como Austin se han posicionado como hubs tecnológicos y de cinematografía.
“Dependiendo del tipo de industria, podemos orientar a las empresas para que elijan la región más adecuada para establecerse. La clave está en conectar sus necesidades con las fortalezas regionales de Texas”, señalaron.
Gracias al trabajo de la Oficina de Texas en México, más empresas mexicanas encuentran un entorno confiable, competitivo y diverso para crecer del otro lado de la frontera. Este esfuerzo no solo fortalece los lazos comerciales entre ambos países, sino que también promueve la generación de empleos, el intercambio de innovación y la integración de cadenas de valor en América del Norte.
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