En el contexto de la relocalización de cadenas productivas o nearshoring, el gas natural se ha convertido en un elemento clave para atraer inversión extranjera y desarrollar polos industriales en México.
Como fuente de energía altamente competitiva y sostenible, el gas natural permite a las industrias que consideran trasladar sus operaciones a México acceder a un suministro energético estable y económico, factores decisivos para sectores de alta demanda energética como el manufacturero, automotriz y petroquímico. Hoy en día, el gas natural es un insumo esencial para la generación eléctrica (más del 60%) y el desarrollo de la petroquímica (87%).
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Gas Natural (AMGN), para capitalizar plenamente las oportunidades del nearshoring, se requieren inversiones en infraestructura de gas natural que garanticen un suministro confiable a más regiones del país.
Actualmente, México cuenta con una infraestructura de transporte de gasoductos de poco más de 19 mil kilómetros, pero será necesario expandir esta red para satisfacer la demanda futura, sobre todo de regiones como el sur-sureste que representa un mayor crecimiento con el potencial de desarrollo de proyectos de infraestructura energética.
En su Prospectiva de gas natural 2023-2037, la Secretaría de Energía señaló que la demanda de gas natural en el sector industrial ha mostrado un crecimiento sostenido del 17.7% en la última década; y se proyecta que la región noreste, conformada por los estados de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Durango y Chihuahua, lidere el consumo regional con un volumen de 2,881 MMpcd hacia 2037, lo que refleja el rol del gas natural en la consolidación de polos industriales en estas zonas.
Con su capacidad para garantizar un suministro confiable, el gas natural asegura que México pueda competir en el mercado global de manufactura, convirtiéndose en un destino atractivo para la relocalización de empresas en busca de una operación competitiva y sostenible.