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Fuerza laboral de la industria manufacturera se adapta a nuevas habilidades y tendencias en procesos

Viviana Cervantes.
Diciembre 05, 2024

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La fuerza laboral mexicana debe adaptarse a nuevas herramientas y tecnologías que requiere la industria manufacturera para mantenerse competitiva a nivel internacional, la adquisición de máquinas autónomas ha brindado más agilidad en los procesos, pero para los profesionales, es un reto adaptar sus funciones y entornos a estructuras cada vez más digitalizadas.

 

La implementación de nuevas tecnologías, Inteligencia Artificial (IA), aunado al Internet de las Cosas (IoT) y la automatización de procesos que ha adaptado la industria manufacturera, han provocado un proceso de transformación en la fuerza laboral, que evidencia la necesidad de que los profesionales adapten sus conocimientos y habilidades a las demandas en producción.

En opinión, Fernando Rojas, CEO de Essentia Advisory (ESSAD), esta tendencia ha sido más evidente en el norte de México, donde se concentra la fabricación automotriz y electrónica, ya que las empresas han incrementado su inversión en robótica e inteligencia artificial, con el objetivo de aumentar la eficiencia.

Lo que, a su vez ha derivado en la reducción de ciertos puestos operativos de baja especialización.

Pero este cambio no necesariamente implica una pérdida neta de empleos, sino una transformación de los roles, exigiendo nuevas habilidades y competencias.

El cambio hacia la también automatización ha impulsado el crecimiento de empleos mejor remunerados en ingeniería, tecnología y gestión de procesos.

“Las empresas están invirtiendo en talento que pueda gestionar proyectos de digitalización, optimizar procesos productivos y garantizar la integración eficiente de tecnologías como la IA. Estas oportunidades ofrecen salarios más altos y mejores condiciones laborales, aunque el acceso a estos roles aún es limitado para trabajadores que no cuentan con la preparación”, resaltó Rojas.

En este contexto, para que la fuerza laboral mexicana se adapte a los cambios impulsados por la inteligencia artificial (IA) y la automatización en la industria manufacturera, es esencial el desarrollo de una combinación de habilidades técnicas y competencias blandas.

La demanda actual se centra en habilidades que permitan a los trabajadores manejar y supervisar tecnologías avanzadas, así como adaptar sus funciones a entornos de producción más automatizados y digitalizados.

Estudios realizados por ESSAD, agregó indican que la fuerza laboral mexicana pueda adaptarse a la automatización y a la IA, necesita desarrollar principalmente habilidades técnicas y digitales avanzadas en mecatrónica, robótica, programación y control de sistemas, análisis de datos o mantenimiento predictivo.

Además de competencias en pensamiento crítico, resolución de problemas complejos, adaptabilidad y aprendizaje continuo, habilidades interpersonales y de colaboración, ciberseguridad industrial, sostenibilidad y gestión de recursos, uso de plataformas de trabajo digital y simulación, uso de plataformas de trabajo digital y simulación. “La fuerza laboral debe desarrollar una mentalidad de crecimiento que le permita enfrentar el cambio con resiliencia y aprender nuevas habilidades técnicas y digitales conforme surjan las necesidades en el entorno de trabajo”.

El avance de la automatización y la inteligencia artificial (IA) está redefiniendo los roles y funciones tradicionales en la manufactura, creando un entorno donde las tareas repetitivas son ejecutadas por máquinas y sistemas inteligentes, mientras que las funciones humanas se centran en actividades de mayor valor, como la supervisión, el análisis de datos y la mejora continua de los procesos.

Este cambio en las funciones implica una transformación en la manera de trabajar en el sector, y exige nuevas competencias y enfoques para el talento mexicano.

En este conecto, para fortalecer las habilidades de los futuros profesionales en manufactura, es fundamental que las empresas en México colaboren estrechamente con universidades y centros de formación técnica.

Esta colaboración puede incluir; programas de educación dual donde se alterne la formación académica con la experiencia en el lugar de trabajo, permitiendo que los estudiantes adquieran experiencia práctica.

También el desarrollo de currículos basados en necesidades industriales, para Involucrar a las empresas en el diseño de programas educativos garantiza que los egresados tengan las habilidades demandadas, y el fomento de prácticas profesionales y pasantías.

Esto facilita la transición de los estudiantes al mercado laboral y permite a las empresas identificar talento capacitado.

Esta sinergia entre la academia y la industria no solo beneficia a los estudiantes, sino también a las empresas, que pueden contar con talento mejor preparado para adaptarse a la evolución tecnológica en la manufactura. “La falta de personal capacitado en habilidades técnicas y digitales, como el análisis de datos, la robótica y el mantenimiento predictivo, limita la capacidad de las empresas para adoptar nuevas tecnologías. México enfrenta una brecha de habilidades en áreas clave, lo que hace difícil cubrir puestos que requieren conocimientos especializados en tecnología”, concluyó Rojas.


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