La Industria Nacional de Autopartes (INA) y la Corporación Financiera Internacional (IFC) del Banco Mundial han lanzado un programa conjunto para fortalecer la integración local de proveedores en la industria de autopartes mexicana. Este esfuerzo busca enfrentar los desafíos derivados de los recientes aranceles impuestos por Estados Unidos y aprovechar la posición estratégica de México como principal proveedor de autopartes para el mercado estadounidense.
La iniciativa, que comenzó en enero, se centra en el desarrollo de pequeñas y medianas empresas (pymes) nacionales, preparándolas para integrarse a cadenas globales de valor. El programa actualmente se encuentra en la etapa de identificación de requerimientos de proveeduría, con el objetivo de mejorar la competitividad de estas empresas y atraer nuevas inversiones al país.
De acuerdo con Gabriel Padilla, director general de la INA, más del 50% de las pymes participantes en esta iniciativa tienen el potencial de establecer vínculos comerciales con empresas internacionales. Además, la eficiencia operativa del sector podría aumentar hasta en un 46 por ciento. “Este programa es una respuesta estratégica para elevar el contenido nacional y fortalecer la posición de México en las cadenas globales de suministro”, afirmó Padilla.
México, líder en proveeduría automotriz
En el primer trimestre de 2025, México consolidó su liderazgo como el principal proveedor de autopartes para Estados Unidos, con una participación récord del 43.3% en el mercado. “Esta posición representa una oportunidad clave para afianzar el liderazgo regional, en medio de una reconfiguración de cadenas de suministro a nivel global”.
El sector automotriz, recordó, es el principal motor económico de Norteamérica, ya que genera más de 5.1 millones de empleos en la región, de los cuales 7 de cada 10 están en Estados Unidos. “Estos números reflejan la interdependencia económica que existe entre los países del T-MEC, y reafirman la importancia de mantener cadenas de suministro robustas”.
El panorama actual plantea diversos desafíos, como la necesidad de reducir la dependencia de insumos externos y adaptarse a nuevas normativas comerciales. Sin embargo, la INA considera que estos retos pueden convertirse en oportunidades para reforzar la presencia mexicana en la industria global.
Padilla enfatizó que la gran mayoría de las empresas mexicanas del sector cumplen con las reglas de origen del T-MEC, lo que les permite evitar aranceles adicionales y mantener su competitividad. “El desarrollo de proveedores locales no solo incrementará el contenido nacional, sino que también consolidará a México como un líder global en autopartes, con cadenas de suministro más sostenibles y competitivas”.
Con esta estrategia, INA e IFC buscan garantizar que la industria de autopartes mexicana continúe siendo un pilar económico clave en Norteamérica, fortaleciendo su competitividad a largo plazo y aprovechando las dinámicas cambiantes del comercio global.