Más del 80 % de las empresas declaró que sus cadenas de suministro se han visto perjudicadas por la crisis de Covid-19, y han experimentado dificultades en todos los aspectos de sus operaciones.
Estas son las conclusiones que surgieron del último estudio del Instituto de Investigación de Capgemini, titulado “Mirar hacia el futuro: re-concebir la resiliencia de la cadena de suministro para un mundo post covid-19”. Ya que la pandemia ha obligado a las compañías a priorizar la resiliencia de la cadena de suministro, de hecho, dos tercios de las empresas (66%) afirman que su estrategia de supply chain tendrá que cambiar considerablemente para adaptarse a la nueva normalidad. Por otro lado, solo un 14% de las compañías prevé que retomará su modelo operativo habitual.
Las empresas son cada vez más conscientes de la necesidad de incrementar la flexibilidad y agilidad de las cadenas de suministro para poder reaccionar y adaptarse con rapidez a las posibles disrupciones. De hecho, el 68% de las compañías afirma que la crisis actual las ha obligado a adaptar sus modelos de negocio, mientras que un 62% destaca como prioridad incrementar la resiliencia de la cadena de suministro tras la contingencia sanitaria.
Durante este año, las compañías han tenido dificultades para responder con rapidez al incremento de las disrupciones y devolver la estabilidad y fiabilidad a sus operaciones. Las firmas encuestadas en los sectores de distribución, productos de consumo, fabricación discreta y ciencias de la vida mencionaron múltiples retos en sus cadenas de suministro.
La mayoría se ha enfrentado a múltiples desafíos en sus operaciones, como la escasez de materiales/componentes clave (74%), retrasos en los envíos y/o plazos de entrega más largos (74%), dificultades a la hora de ajustar la capacidad de producción en respuesta a la fluctuación de la demanda (69%) y problemas para planificar en un contexto de volatilidad de la demanda de los consumidores (68%).
Desde el prisma sectorial, tan solo el 30% de las compañías del sector de ciencias de la vida encuestadas declaró que su negocio se había visto perjudicado por la crisis, frente a un 80% de las empresas de otros sectores. Además, el 68% de los consumidores de productos de distribución y de consumo prefiere adquirir artículos producidos a escala local tras la crisis, y el 79% de los clientes sostiene que la sostenibilidad incide en sus preferencias de compra.
Sin embargo, los obstáculos que plantea la pandemia también brindan oportunidades para que las empresas estructuren una cadena de suministro más resiliente, flexible y ágil que pueda capear disrupciones y crisis mundiales en el futuro.
El 55% de las empresas ha tardado entre tres y seis meses en recuperarse de las disrupciones sufridas en la cadena de suministro este año, mientras que un 13% prevé que tardará entre seis meses y un año en lidiar con la situación también.
Esto implica que son pocas las compañías que están listas para cualquier posible disrupción adicional que pueda deparar el futuro. El estudio de Capgemini reveló que, para lidiar con una crisis similar en el futuro, las empresas deben centrarse en siete capacidades clave para ser resilientes ante estas situaciones:
- Planificación frente a imprevistos: capacidad para anticiparse a las crisis y ejecutar simulacros para mejorar la respuesta ante estas.
- Localización: priorizar la localización y la regionalización de la base de proveedores y de las actividades de producción.
- Diversificación: primordial la diversificación de la base de proveedores, de los centros de producción y de las opciones de transporte.
- Sostenibilidad: priorizar la sostenibilidad en la cadena de suministro para capear las perturbaciones en los planos medioambiental y normativo, y satisfacer las cambiantes expectativas de los clientes.
- Agilidad: mejorar la flexibilidad en los procesos de producción y de toma de decisiones, y mostrar agilidad a la hora de efectuar la transición hacia nuevos modelos de negocio.
- Transparencia en cuanto a costos en toda la cadena de suministro: contabilización de los costos con claridad de los riesgos asociados a las estrategias de bajo costo.
- Visibilidad: hacer hincapié en el intercambio de datos con los socios, así como disponer de una visibilidad absoluta sobre la red de suministro.
Una proporción considerable de las empresas está adoptando las medidas necesarias para desarrollar capacidades en torno a los tres primeros aspectos. Un 84% menciona la mejora en el grado de preparación para afrontar crisis como una prioridad tras la pandemia, mientras que el 65% de las empresas está invirtiendo de forma activa en localizar o regionalizar su base manufacturera y de proveedores para reducir el riesgo y estar más cerca de sus clientes.
La diversificación de la cadena de suministro también constituye una de las prioridades: el 68% de las compañías está invirtiendo en diversificar su base de proveedores y el 62%, en diversificar su base manufacturera.
Sin embargo, Capgemini identificó que tan solo un pequeño porcentaje dispone de una cadena de suministro con los niveles necesarios de agilidad (21%), optimización de los costes en toda la cadena (20%) y visibilidad (9%). Incrementar la resiliencia en una gama de productos completa es caro, lleva tiempo y, a menudo, resulta inviable.
Una cadena de suministro resiliente exige inversión, y las empresas empiezan a tomar conciencia de ello: el 57% planea aumentar su inversión para mejorar la resiliencia de la cadena de suministro. Además, las compañías están invirtiendo en tecnologías que impulsan la autonomía y la inteligencia de las cadenas de suministro. Casi la mitad, (47%) están acelerando sus inversiones en la automatización y el 39%, en la robótica, si bien el internet de las cosas y la inteligencia artificial también figuran entre los principales ámbitos en los que se centran las compañías. Se prevé que las inversiones en determinadas tecnologías clave para desarrollar la resiliencia a largo plazo, se acelerarán a un ritmo menor frente a otras, una brecha que las empresas deben abordar, según el informe.