Hace unos meses me encontraba en una reunión virtual empresarial en la que varios de los directivos platicábamos de los múltiples retos de factor humano que enfrentamos en nuestro entorno de industria 4.0 y postpandemia. Algunos son ya crónicos, como tratar de eliminar las actividades que no agregan valor o el de traducir las metas estratégicas a los objetivos cotidianos. Otros nuevos son generados por la rápida evolución tecnológica y social de las últimas décadas (y acelerados por la pandemia), tales como el trabajo remoto o híbrido, la necesidad estratégica de asegurar inclusión y equidad.
Lo que más me sorprendió es que prácticamente, todas las soluciones que comentaron se basan en modelos del siglo pasado, diseñados para un entorno muy diferente y que, en muchos casos, han mostrado una efectividad histórica muy por debajo del 50%. Resolver de manera decisiva y eficiente estos retos, requiere dejar atrás cuatro paradigmas que se originan en el siglo pasado y que han generado enormes costos económicos, operativos y humanos.
- El enfoque a la cultura como solución organizacional. La cultura es un elemento social que forma parte intrínseca de la identidad del individuo, algunos sectores de la academia lo pusieron de moda en los sesentas y setentas, fue como estar en la jungla y buscar pelea con el gorila mas grande y feroz. Un desastre con un índice de éxito histórico por debajo del 40%.
- Pensar que la comunicación es colaboración. La comunicación es un recurso crítico para la colaboración, como el agua es crítica para la vida, pero al igual que el agua un exceso nos puede ahogar. Se debe administrar como recurso operativo y usar solo la cantidad y tipo necesarios para los objetivos a lograr.
- Ver a la colaboración solo como una actividad. También es un sistema operativo en las organizaciones constituido por las personas, los procesos que las enlazan para poder colaborar como mensajes, juntas, etc., y la tecnología. El modelo PPT (People, Processes, Technology) que aplica a prácticamente todos los sistemas. Uno de los impactos menos afortunados de la Industria 4.0 es que la parte de tecnología ha tomado tanta importancia que el sistema se encuentra fuera de balance. Lo que nos lleva al último paradigma.
- El sistema colaborativo se administra solo. Cuando implementamos subsistemas de alto impacto como los mensajes en línea, videoconferencias o plataformas TI integrales, asumimos que todo es tan básico y que se va a administrar mediante sentido común. Algo que no hacemos con ningún otro sistema y que nos da como resultado cientos de mensajes que no agregan valor, juntas que no producen resultados para el negocio o problemas colaborando de forma híbrida.
La industria 4.0 requiere reconocer y administrar el sistema colaborativo de manera formal, lo cual resuelve muchos de los actuales retos críticos del factor humano con una efectividad de más del 80% y en una fracción del tiempo que el deficiente enfoque a la cultura.
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Alberto García-Jurado
InZynch LLC
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