El impacto económico provocado por el Covid-19 ha generado profundas transformaciones de mercado que van mucho más allá de la no tan simple caída de diferentes sectores y el surgimiento de otros. Esto se debe a que, con nuevas configuraciones y comportamientos sociales sin precedentes, empresas de diferentes sectores terminaron viéndose en un escenario digital altamente competitivo; por lo tanto, debieron adoptar estrategias ágiles para adaptar sus infraestructuras de TI a la nueva configuración del mercado, que se guiará por transformaciones digitales cada vez más constantes y requerirá más flexibilidad y automatización de las empresas.
Si antes de la pandemia el mundo estaba en un nivel relativamente analógico, hoy se ha lanzado irreversiblemente a lo digital. Por ejemplo, la adopción de métodos de pago digitales sin contacto (reconocimiento facial y códigos QR) para prevenir nuevas infecciones se ha vuelto más popular que nunca, dejando el efectivo como una segunda opción en varias ocasiones.
Otro ejemplo de los cambios en la lógica del mercado durante este período es el establecimiento de nuevas competencias no lineales. Las plataformas de videoconferencia han resultado ser competidores poco probables de las aerolíneas. El éxito de estas tecnologías ha demostrado a las empresas que los viajes constantes de los empleados no son necesarios para muchas reuniones y eventos.
Por lo tanto, los servicios digitales se posicionan como competidores de los mercados tradicionales:
Las aplicaciones de entrega crecen a expensas de las tiendas físicas; el streaming compite con teatros y cines; y el trabajo remoto requiere un nuevo software.
De acuerdo con datos de IDC Latin America, el 75% de las empresas de la región crearán entornos de TI “nativos digitales” para prosperar en la economía global; casi el 70% de todo el gasto en TI en América Latina se transferirá a tecnologías de terceros para 2022.
Además, el Índice de Interconexión Global (GXI) Vol. 4 arrojó que es posible predecir que el ancho de banda de interconexión en América Latina crezca a una tasa impresionante de 50% CAGR –más rápido que en cualquier otra región–, con una mayor demanda de servicios Edge (Borde), contenido y conectividad de última milla para transportar volúmenes crecientes de datos.
Este escenario lleva a la necesidad de una transformación multicloud híbrida entre regiones.
