A dos años del confinamiento en nuestro país, la incorporación laboral y la contratación de nuevo talento a las empresas avanza paulatinamente después de los despidos masivos durante el confinamiento. No obstante, lo mejor en este inicio de año, ha sido el incremento de contrataciones y búsqueda de talento humano.

Pero ¿qué han hecho las empresas para retener este talento? El confinamiento obligó a las organizaciones a trabajar de manera remota, y aunque ya se ha comenzado con el regreso a las oficinas, modalidades como los modelos híbridos y el home office se han programado como indefinidas en algunas organizaciones.

Con todo este contexto, resalta que como sociedad estamos disociando, afortunadamente, el concepto de productividad dentro de una oficina física, pues actualmente el colaborador encuentra más independencia en su horario laboral y puede equilibrar trabajo, vida personal y salud.

Recordemos la importancia de evitar la rotación de los empleados, ya que son estos el activo más valioso para cualquier organización. Aunque para algunos la retención del talento significa incrementar el sueldo, muchas compañías no pueden permitirse esto ante un panorama crítico por la pandemia.

Fidelizar a los empleados no significa necesariamente pagarles más, sino aprovechar aquellas formas en las que se puede retribuir.

Ejemplo de ello son los horarios flexibles, un ambiente laboral agradable, ayuda para el transporte, en fin, un valor agregado que motive y reconozca el compromiso del colaborador, esto es lo que se conoce como salario emocional.

Impulsar estas acciones no solo trae beneficios para el empleado, sino para la organización, ya que reduce la rotación y aumenta la productividad. 

Un empleado contento y que es capaz de conciliar su profesión con su vida personal podrá prestar atención a sus tareas sin dificultad.

En esta adaptación o evolución, lo único que no se mueve es que el pilar que sigue sosteniendo a las organizaciones, son las personas.

Evitar la rotación de tus colaboradores eliminará impactos financieros en tu empresa, ya que implica la liquidación, baja de beneficios y compensaciones de los trabajadores. 

Además de este impacto financiero, un alto nivel de deserción también genera otras implicaciones y esfuerzos extras como el proceso del reclutamiento, capacitación, know how, afectación al resto del personal, afectación al cliente, interrupción de los proyectos y un deterioro a la imagen corporativa.

La pérdida de colaboradores con un alto perfil formativo es relevante, ya que se llevan la experiencia y conocimiento a través de su puesto, además de que se irán con un valioso know how que podría terminar en manos de la competencia.

Analizar este tipo de factores que pueden afectar a la estabilidad de la actividad económica de tu empresa e incluso pueden llegar a mermar en tu productividad.

Te recomiendo vigilar no solo los ratios de abandono o deserción de tus colaboradores, también la capacidad que tienen tus clientes para retener el talento dentro de tu organización. 

Recuerda que estamos en una nueva era de adaptación y transformación, se tiene que estar abierto a nuevas implementaciones para crear un nuevo valor agregado, tanto para los colaboradores, como para las empresas.

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