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Hasta dónde hemos convertido nuestros “pretextos en realidades” y/o hasta dónde nuestras “realidades” ya forman parte de nuestros “pretextos”, este razonamiento que parece un trabalenguas es más bien un juego mental que debemos saber interpretar para entender cómo podemos transformar nuestras justificaciones en otras realidades, a partir de reconocer lo que somos y hemos hecho.
Y es que este juego mental se ha convertido en parte de nuestra cultura y muchas de nuestras conductas son el resultado de querer evadir nuestra realidad usando pretextos o justificaciones. Usaré el tema del desempleo para ejemplificar cómo este juego mental se materializa en nuestras actitudes, generando en algunos de nosotros una de las peores formas de vivir que es con apatía.
Es una realidad que existe desempleo en este país, al cierre del 2019 este se ubicó en un 3.5% a nivel nacional según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), también es una realidad que los cuadros que egresan hoy de las universidades no cubren las necesidades que las organizaciones requieren, son cuadros con matrículas desactualizadas, enfocadas a la teoría, carentes de actitudes, esa es la realidad, pero hasta dónde esta se ha utilizado para justificar una actitud de poca responsabilidad individual al no generar una retrospectiva personal y reconocer que en la realidad no estamos ofreciendo ningún valor agregado a las empresas, esto te hace pensar a manera de pretexto que no hay empleo, pero sí existe.
No es de mi interés debatir en las causas de un tema social, sino reposicionar actitudes y aptitudes para que podamos revertir, transformar o desarrollar otras alternativas para generar nuevas realidades, pero basadas exclusivamente en el esfuerzo, en el trabajo y en la determinación de cada uno de nosotros, con una visión individual, pero a su vez integral.
Es necesario dejar de lado ese convencionalismo que venimos a esta vida a ser felices (término que se ha idealizado) pensando que todo tiene que ser felicidad y que, por ende, esta se nos tiene que brindar por derecho y no por conquista, debemos despertar de ese letargo o sueño en el que vivimos pensando que las cosas se solucionarán por ende divino o político, las soluciones de tu vida solo las tienes tú y están en ti y tú eres el único responsable.
Retomemos esa actitud de determinación, de coraje y de lucha para enfrentar a nuestros problemas y no para huir de estos, retomemos la cultura del verdadero trabajo y no del camino fácil que tanto daño hace a una sociedad como en la que vivimos, dejemos de usar nuestra realidad para justificarnos o usarla de pretexto. Inicia por emplear todas las herramientas con las que cuentas para convertir tus pretextos en retos, mismos que después se conviertan en mejores realidades. La mejor herramienta debe de ser tu deseo. Soñar es maravilloso, pero trabajar por los sueños es lo mejor.
MÁS INFORMACIÓN:
Alberto Cordero
Tel: (871) 162.2654
https://alberto-cordero.webnode.mx
Y es que este juego mental se ha convertido en parte de nuestra cultura y muchas de nuestras conductas son el resultado de querer evadir nuestra realidad usando pretextos o justificaciones. Usaré el tema del desempleo para ejemplificar cómo este juego mental se materializa en nuestras actitudes, generando en algunos de nosotros una de las peores formas de vivir que es con apatía.
Es una realidad que existe desempleo en este país, al cierre del 2019 este se ubicó en un 3.5% a nivel nacional según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), también es una realidad que los cuadros que egresan hoy de las universidades no cubren las necesidades que las organizaciones requieren, son cuadros con matrículas desactualizadas, enfocadas a la teoría, carentes de actitudes, esa es la realidad, pero hasta dónde esta se ha utilizado para justificar una actitud de poca responsabilidad individual al no generar una retrospectiva personal y reconocer que en la realidad no estamos ofreciendo ningún valor agregado a las empresas, esto te hace pensar a manera de pretexto que no hay empleo, pero sí existe.
No es de mi interés debatir en las causas de un tema social, sino reposicionar actitudes y aptitudes para que podamos revertir, transformar o desarrollar otras alternativas para generar nuevas realidades, pero basadas exclusivamente en el esfuerzo, en el trabajo y en la determinación de cada uno de nosotros, con una visión individual, pero a su vez integral.
Es necesario dejar de lado ese convencionalismo que venimos a esta vida a ser felices (término que se ha idealizado) pensando que todo tiene que ser felicidad y que, por ende, esta se nos tiene que brindar por derecho y no por conquista, debemos despertar de ese letargo o sueño en el que vivimos pensando que las cosas se solucionarán por ende divino o político, las soluciones de tu vida solo las tienes tú y están en ti y tú eres el único responsable.
Retomemos esa actitud de determinación, de coraje y de lucha para enfrentar a nuestros problemas y no para huir de estos, retomemos la cultura del verdadero trabajo y no del camino fácil que tanto daño hace a una sociedad como en la que vivimos, dejemos de usar nuestra realidad para justificarnos o usarla de pretexto. Inicia por emplear todas las herramientas con las que cuentas para convertir tus pretextos en retos, mismos que después se conviertan en mejores realidades. La mejor herramienta debe de ser tu deseo. Soñar es maravilloso, pero trabajar por los sueños es lo mejor.
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Alberto Cordero
Tel: (871) 162.2654
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