Paperless: una solución logística para nuestra época

Querétaro
Tyrone Orozco V..
Junio 2020
Tyrone Orozco V., docente de la facultad de negocios de la Universidad Mondragón México
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El crecimiento del flujo de información en nuestra época va a pasos descomunales y a veces no lo notamos. Si hiciéramos una pequeña reflexión, simplemente en 2019 se intercambiaron más de 188 millones de mails en tan solo 60 segundos promedio, 1 millón de personas hicieron “logging” en Facebook en esos mismos 60 segundos, esto según datos del portal tracebits.com. La pregunta es: ¿qué tan rápido utilizamos esa información en nuestro beneficio logístico?

México, desde 1992, inició un camino de globalización cuando firmó el tan conocido y renombrado TLCAN, mismo que ha sido re-negociado y ahora quedará en manos del T-MEC. Sucesivamente, cada administración tomó en sus manos la oportunidad de celebrar algún tratado de libre comercio, buscando el aplauso y palmadita en la espalda por seguir con esta inercia de política económica.

Los beneficios en apertura comercial, que en teoría el comercio internacional brinda a los países, han sido claros y estudiados: el derribar barreras arancelarias y establecer regulaciones más dóciles para los particulares, suena a un negocio muy atractivo, pero es bien cierto que la efectividad que ha traído a México en los últimos años, no ha sido lo que de dichos estudios o tratados suponían. Las estadísticas lo avalan. México ocupó el lugar 54 del “Doing Business” de los 190 países que conforman el ranking para el año 2019, habiendo caído cinco lugares del año anterior. Este análisis del Banco Mundial muestra a México como un país con falta de infraestructura logística, dentro de muchos otros rubros que así lo posicionan.

La simple reducción y posterior eliminación de aranceles en diversas regiones del mundo, ha jugado un papel fundamental en el incremento de los mercados. Si bien esa tendencia parece firme, el tema de la seguridad ha sido un factor decisivo en años recientes y con ello ha traído mayores controles en los procesos logísticos, mismos que se ven reflejados en la tramitología aduanera y logística de nuestro país.

El 14 de enero de 2011, mediante decreto, se publicó la famosa VUCEM (Ventanilla Única de Comercio Exterior Mexicano) como parte del plan nacional de desarrollo 2007-2012. Esta ventanilla digital ayudaría a más de 30 dependencias gubernamentales relacionadas al comercio exterior a agilizar digitalmente el comercio y la logística.

México se dio cuenta que una buena forma de resolver esta encrucijada era reducir o eliminar el papeleo tradicional, así el término paperless y digital son usados indistintamente para describir información electrónica que se ha adaptado a las tecnologías de información y comunicación (TIC´s), al tiempo que cuentan con el reconocimiento de los agentes comerciales y de las instancias oficiales involucradas en la logística mundial.

El flujo de información digital definitivamente trae un mayor intercambio de conocimientos e información; servicios y productos que son mejor comercializados sobre las plataformas de Internet; el incremento en el costo del espacio y el negativo impacto ambiental del papel, entre otros beneficios.

Pero es cierto que no resulta propiamente de la buena voluntad ambientalista de las empresas ni de su afición particular por las TIC´s. Más bien se ha convertido la documentación electrónica en una necesidad económica para las empresas y particularmente para los operadores logísticos, en las que definitivamente las compañías mexicanas no están listas para afrontar.

Al día de hoy, el realizar un trámite en la VUCEM puede llevar hasta cuatro horas del día laboral, porque la empresa no sabe convertir un archivo en “digital”. Términos como “dpis”, “OCR aplicado” y “escala de grises a 8 bits de profundidad” son un reto más que técnico, logístico, porque son requisitos de digitalización.

Otro factor fundamental para el paperless es la poca capacidad de esta plataforma para atender las solicitudes del sector importador y exportador. Ahora podemos tener más conciencia de por qué los Tratados por si solos no funcionan, podemos tener aranceles preferenciales y regulaciones no arancelarias disminuidas, pero si nuestro sistema logístico -y no hablo solo de la infraestructura física carretera y portuaria, si no de las carreteras digitales de las que también el comercio es parte- no funcionan, a nuestro México le costará mucho avanzar de ese lugar 54 del “Doing Business” mundial.