La nueva normalidad, una oportunidad para la transformación digital

Estado de México/Puebla
Analía Baño / Luis Battilana.
Julio 2020
Analía Baño y Luis Battilana, directores generales de Baufest México
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Por fin, la reactivación económica de millones de empresas en México se empieza a materializar. Después de meses de incertidumbre, autoridades federales y locales empiezan ya a establecer las nuevas reglas de la reincorporación productiva: comienza así su carrera por reintegrarse al mercado. Sin embargo, no basta con hacerlo apresuradamente; sino con acciones bien planificadas.

Y es que su urgencia es entendible. Hoy más que nunca, la actividad productiva nacional requiere del pleno funcionamiento de los negocios. Por ejemplo, distintas estimaciones plantean -para este año- una caída hasta del 10% en el PIB nacional; mientras que la realidad de las entidades va por el mismo rumbo.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), a través del Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE), reveló que, en el último trimestre de 2019, el Estado de México registró un crecimiento en su PIB –comparado con el mismo periodo del año anterior– de 0.4%; mientras que Puebla, obtuvo -3.9%; por su parte, Tlaxcala, contabilizó -0.8%. Y estas cifras aún no contemplaban las consecuencias de la pandemia.

Por eso es necesario plantear una serie de acciones enfocadas en guiar una reactivación ordenada, sustentada –principalmente– en la transformación digital y en las características que ésta implica. Cualquier empresa que no lo entienda o no se adapte a este cambio, estará condicionando su permanencia en el mercado.

Afortunadamente, la tendencia en inversión para este cambio irá en aumento a nivel global. IDC, estima –para este año– que la inyección de recursos en tecnología y servicios destinados a la evolución de modelos digitales será de 1.3 billones de dólares, 10.4% mayor a lo generado en 2019.

Bajo esta perspectiva, los planes de reactivación de producción, sustentados en transformación digital, deben contemplar:

* Administración y liderazgo renovado: Este debe de originarse desde la dirección general, permeando hacia las diferentes áreas de la empresa. Es óptimo readaptar el negocio, vinculando y reintegrando al capital humano. La tecnología, pues, no lo es todo.

* Un enfoque de transformación digital definido: Es necesario revalorizar la innovación que se genera dentro de la compañía. Nuevos recursos, conocimiento y aprendizaje, además de la forma en que los colaboradores los desarrollen, serán elementos clave para que una empresa pueda adaptarse y atender las nuevas necesidades del mercado.

* Una mente abierta: Debemos aceptar la realidad de que “nada volverá a ser igual”. Cada uno de los miembros de la organización deberán estar involucrados en decisiones, procesos, tecnología y acuerdos que los tome en cuenta y los hagan parte del éxito que se busca.

Entendamos que esta es una crisis que nos afecta a todos. Pero, en el caso de las compañías, toca ahora pensar cuál es el mejor camino para reactivarlas. Aparte de considerar las medidas promovidas por el gobierno, en torno a acciones que aseguren la higiene y seguridad para sus instalaciones y capital humano; dueños y gerentes deben poner sus ojos en la transformación digital.

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