El 2020 ya nos sacudió y 2021 seguirá retando nuestra capacidad de sobrevivir en un ambiente desconocido.
Actualmente, estamos viviendo en un entorno que los expertos han descrito como volátil, incierto, complejo y ambiguo (VUCA, por sus siglas en inglés), donde la naturaleza y la velocidad del cambio han aumentado; los problemas tienen múltiples elementos y variables interconectadas, por lo que las soluciones lineales fallan; hay una falta de certidumbre en las tendencias y la percepción de la realidad es difusa a falta de información valiosa.
Ante esta situación, algo sí es seguro: VUCA va a continuar con nosotros un tiempo más, tal vez meses o inclusive años. Además, la velocidad del cambio es fuertemente impulsada por fuerzas transformadoras como la digitalización, automatización, analítica de datos, entre otras. Por ello, las empresas enfrentan la imperante necesidad de adaptarse para sobrevivir en este ambiente.
Ahora, la pregunta es… ¿Y cómo puedo preparar a mi organización para reaccionar a los cambios del entorno?
La capacidad de adaptación al nuevo entorno no es un plan escrito en piedra, sino más bien un músculo para reaccionar oportunamente. Y existen dos músculos clave para tener éxito en el entorno cambiante: primero, el músculo de ver al exterior, identificando los nuevos patrones, las nuevas tendencias y los cambios en los comportamientos de los consumidores. Y segundo, el músculo para reaccionar ante los cambios, a través de una gestión esbelta y agilidad empresarial capaz de alinear los recursos punta a punta para poder ofrecer soluciones ante los nuevos retos presentados en el mercado.
Profundizando en el segundo músculo, comúnmente se piensa que la gestión esbelta y la agilidad son enfoques excluyentes; sin embargo, en la práctica no es así. Empresas han demostrado obtener mayores beneficios mediante la aplicación de las mejores prácticas de ambos enfoques. Por lo que resulta importante tomar en cuenta algunas consideraciones clave:
2021 sin duda será un año complejo, que exigirá al máximo nuestra capacidad de adaptación como organización. Por lo que utilizar prácticas de gestión esbelta y agilidad empresarial nos ayudará a sobresalir frente a la competencia en la nueva realidad. Y surgen unas últimas preguntas: ¿Estamos lo suficientemente preparados? ¿La estructura organizacional está habilitada para ser ágiles? ¿Debemos transformar nuestro modelo actual de operación para ser esbeltos? Ahora es el mejor momento para empezar a actuar.