Font size:
Imprimir
A partir de enero del 2020, el mundo de la industria y su cadena de suministro comenzaron a sentir una sacudida en sus procesos, causada por el brote del Covid-19 en China. Meses después, se habla de una crisis mundial en los ámbitos de medicina, economía, industria e inclusive personal.
Pero vamos a revisar de manera objetiva, ¿qué es una crisis? Según la Real Academia Española, su definición es: “cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados”. El mundo nos ha hecho ver este concepto como algo negativo, cuando en realidad es simplemente un cambio en la manera de hacer las cosas.
Hace unos días pude leer un artículo donde un CEO comenta que el querer regresar el “negocio a la normalidad” es un error, y tiene toda la razón, en estos tiempos lo “normal” no funcionará, pero en su lugar se sobre pondrá la creatividad.
Para el ámbito de la cadena de suministro no es la excepción, ya que desde enero se frenaron embarques y la producción de empresas a nivel global y aquí es donde tenemos dos caminos: tratamos de seguir con los procesos normales o nos reinventamos para buscar una solución distinta y óptima. La cadena de suministro se basa en la manera que ligamos todo el camino que recorre la materia para ser entregada como un producto final al cliente. Aquí, la importancia de la administración de los análisis SIPOC (proveedor - entradas - procesos - salidas - clientes) en cada empresa y revisar la manera que pudiera afectar la interrupción de flujo de materia en cada uno.
Para superar los obstáculos de hoy en día, no bastará con los análisis de stocks en tránsito y bodegas, ya que la criticidad dependerá de la capacidad de reacción y producción de los proveedores a nivel mundial para no detener el flujo continuo de transformación de materia. Este será uno de los datos clave para asegurar el flujo continuo en la cadena de suministro dentro de las empresas.
Otro punto importante a considerar es la manera en la que cambia el flujo de transportación de la materia, donde la variable es el tiempo tránsito. Es muy probable que a raíz de la pandemia, varios gobiernos cierren fronteras, o los puertos se vean saturados por la reducción en la capacidad de liberación. Pero esto no será una limitante y lo podemos ver como un tope en el camino: reduce tu velocidad, pero el viaje sigue adelante. Aquí es donde la capacidad de reacción y/o producción de un proveedor se le suma el tiempo de transportación para poder analizar cuál será la manera óptima de realizar pedidos y/o enviar productos a tus clientes.
Para concluir, el mundo está cambiado y de la misma manera deben cambiar las estrategias utilizadas para proveer y vender productos a nivel global. La palabra “resiliencia” debe estar dentro del vocabulario personal y profesional de cada uno, provocando acciones positivas dentro de un mundo cambiante.
MÁS INFORMACIÓN:
José Carlos Hernández González
Analista y planeador de materiales
Whirlpool ERNA Celaya
carlos_hdez92@hotmail.com
Pero vamos a revisar de manera objetiva, ¿qué es una crisis? Según la Real Academia Española, su definición es: “cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados”. El mundo nos ha hecho ver este concepto como algo negativo, cuando en realidad es simplemente un cambio en la manera de hacer las cosas.
Hace unos días pude leer un artículo donde un CEO comenta que el querer regresar el “negocio a la normalidad” es un error, y tiene toda la razón, en estos tiempos lo “normal” no funcionará, pero en su lugar se sobre pondrá la creatividad.
Para el ámbito de la cadena de suministro no es la excepción, ya que desde enero se frenaron embarques y la producción de empresas a nivel global y aquí es donde tenemos dos caminos: tratamos de seguir con los procesos normales o nos reinventamos para buscar una solución distinta y óptima. La cadena de suministro se basa en la manera que ligamos todo el camino que recorre la materia para ser entregada como un producto final al cliente. Aquí, la importancia de la administración de los análisis SIPOC (proveedor - entradas - procesos - salidas - clientes) en cada empresa y revisar la manera que pudiera afectar la interrupción de flujo de materia en cada uno.
Para superar los obstáculos de hoy en día, no bastará con los análisis de stocks en tránsito y bodegas, ya que la criticidad dependerá de la capacidad de reacción y producción de los proveedores a nivel mundial para no detener el flujo continuo de transformación de materia. Este será uno de los datos clave para asegurar el flujo continuo en la cadena de suministro dentro de las empresas.
Otro punto importante a considerar es la manera en la que cambia el flujo de transportación de la materia, donde la variable es el tiempo tránsito. Es muy probable que a raíz de la pandemia, varios gobiernos cierren fronteras, o los puertos se vean saturados por la reducción en la capacidad de liberación. Pero esto no será una limitante y lo podemos ver como un tope en el camino: reduce tu velocidad, pero el viaje sigue adelante. Aquí es donde la capacidad de reacción y/o producción de un proveedor se le suma el tiempo de transportación para poder analizar cuál será la manera óptima de realizar pedidos y/o enviar productos a tus clientes.
Para concluir, el mundo está cambiado y de la misma manera deben cambiar las estrategias utilizadas para proveer y vender productos a nivel global. La palabra “resiliencia” debe estar dentro del vocabulario personal y profesional de cada uno, provocando acciones positivas dentro de un mundo cambiante.
MÁS INFORMACIÓN:
José Carlos Hernández González
Analista y planeador de materiales
Whirlpool ERNA Celaya
carlos_hdez92@hotmail.com