Industria 4.0: más allá de las tecnologías

Coahuila
Ricardo Uribe .
Mayo 2021
Ricardo Uribe, miembro del comité de Industria 4.0 del Clúster de la Industria Automotriz de Coahuila
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¿Usted recuerda la película El náufrago? ¿Viene a su mente aquella escena cuando el protagonista, Tom Hanks, intentó surfear la primera ola para salir de la isla solitaria a la que había llegado? Pues aquella ola era la que iba a permitirle adentrarse a un océano con mayores desafíos para sobrevivir y, por fin, llegar a casa. 

Si no ha visto esta película, le recomiendo que la busque. Verá que es semejante al proceso de transformación digital de las empresas: el que no busca surfear una sola ola, sino un océano entero de cambios más rápidos y profundos. Cada uno de ellos es el resultado de la convergencia de los sistemas ciberfísicos que han favorecido, por ejemplo, la digitalización de los procesos de manufactura que han dado origen al concepto de Industria 4.0

Continuemos con nuestra analogía de El náufrago. ¿Qué fue más importante para salir de la isla? ¿la barca, que representa, en este caso, las nuevas tecnologías? ¿O fue la capacidad de este personaje para construir y utilizar, eficientemente, su medio de transporte? Si consideramos, también, el arrojo que él tuvo al emprender un viaje con tanta incertidumbre, así como su fuerza y tenacidad para adaptarse a los cambios que el mar le imponía, entonces la respuesta a nuestra primera pregunta es clara: la persona ꟷy no la barcaꟷ fue la triunfadora.

Industria 4.0 es un término en constante evolución debido a que las tecnologías que le dieron origen también cambian de manera sostenida. Es casi imposible adoptar una arquitectura digital de vanguardia, pues, al tiempo que logramos implementar nuevas herramientas, estas evolucionarán para dar origen a nuevas realidades. Por tal motivo, la capacidad de adaptación será fundamental. Así como lo señala Klaus Schwab, director del Foro Económico Mundial (WEF), en su libro La cuarta revolución industrial (Ed. Penguin Random House, México, 2017), las organizaciones deberán emplear una filosofía de “siempre beta, siempre en evolución”, si lo que quieren es surfear esta ola y las que vienen. 

Sin embargo, para estar preparados necesitamos contar con el talento humano capacitado. Por eso, la industria 4.0 trata, de inicio a fin, sobre las personas y su habilidad de utilizar, efectivamente, las tecnologías, pues de ello dependerá la capacidad de las organizaciones de adoptar nuevas herramientas y obtener beneficios. Tenemos un claro ejemplo de lo anterior en el sector automotriz. Según los datos del WEF, es en la brecha de habilidades tecnológicas de los trabajadores donde encuentran la principal barrera para adoptar nuevas tecnologías. Del mismo modo, podemos ver, por ejemplo, que obtener el valor de las máquinas y de los datos dependerá de las habilidades humanas de los trabajadores, quienes, gracias a su experiencia, inteligencia y pasión, determinarán el éxito en el uso de las nuevas herramientas digitales. 

Entender este proceso como ese océano de retos constantes ꟷy no como una simple ola pasajera que esquivarꟷ resalta la importancia de estar siempre preparados. Por ello, la respuesta está en las personas que palpitan en las organizaciones: desde la alta dirección hasta la gente en el área de producción. Para muchos, el camino de la transformación inicia desde “arriba”, pues es donde es brindada la guía que da sentido al personal operativo. Y ellos, finalmente, tienen la capacidad de emplear las tecnologías y datos a su favor. Tienen razón los autores de The State of Industry X in automotive (Center for Automotive Research, 2020) cuando citan a un asertivo fabricante de automóviles en Norteamérica: “No me importa cuántos datos están la nube; el conocimiento se encuentra en el piso” (“I don´t care how much data is in the cloud; the knowledge is on the floor”). 

El Center for Automotive Research (CAR) busca entender el futuro tan incierto que genera la digitalización de los procesos de manufactura automotriz. Este supone que, si bien es cierto que las estrategias son fundamentales para la transformación, lo es más el proceso para implementar cambios tecnológicos y ꟷsobre todoꟷ empoderar a la fuerza de trabajo para determinar el logro de más y mejores metas en las organizaciones. Sugiere contar con colaboradores que entiendan el rol que tiene la tecnología, pero también el contundente papel que juegan los seres humanos en el proceso. 

Que la industria 4.0 y los periodos de transformación subsecuentes sean un motor para impulsar la eficiencia en la producción y mantener una ventaja competitiva sostenida, dependerá, en parte, de la capacidad de adaptación y entendimiento de los cambios de quienes damos vida a las organizaciones al adaptarnos y entender los cambios. 

Adoptemos el aprendizaje como un estado permanente y la educación como una actividad práctica y continua. No perdamos de vista que el centro de los cambios tecnológicos es ꟷy siempre seráꟷ el ser humano. Comencemos por ahí. 

Ya es hora.

 

MÁS INFORMACIÓN:

Ricardo Uribe

Miembro del Comité de Innovación e Industria 4.0 

del CIAC

ricardo.uribeglz@gmail.com