Hacia una transición energética renovable, asequible y no contaminante en México

Nuevo León
Javier Triana.
Junio 2021
Javier Triana, CEO de Buró Ambiental de México
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De acuerdo con el Inventario Nacional de Energías Limpias (INEL), la generación de energía eléctrica de tipo solar y eólica mantienen valores totales de 51,845.32 gigawatts/hora por año; lo que representa el 16.92% del total nacional. Dicho valor es menor en comparación de las energías por fuentes convencionales o de hidrocarburos, las cuales se estiman en un total de 254,469.00 gigawatts/hora y que representan el 83.08 % de generación de energía a nivel nacional (INEL, 2016). 

De esta forma, el desarrollo de proyectos eólicos en México manifiesta importantes impactos en la economía nacional, con un total de 3,526 millones de dólares invertidos bajo el esquema de Subastas a Largo Plazo; lo que se traduce en 68 parques en operación en 14 entidades federativas y que representa el 8.6% de la capacidad instalada de la base energética nacional. Lo anterior, se expresa en la reducción de 12.2 millones de toneladas de dióxido de carbono por año, algo así como sacar tres millones de autos de circulación (AMDEE, 2021).

Asimismo, se considera que el 85% del territorio nacional es óptimo para proyectos de tipo solar, lo cual podría convertir a México en la séptima potencia mundial de energía de este sector: en la actualidad, se tienen cerca de 6,574 mega watts de capacidad instalada entre proyectos de gran escala (parques solares) y aquellos de generación distribuida (techos solares en viviendas y comercios), lo cual representa una inversión estimada en 9,100 millones de dólares (Asolmex, 2021).

Lo anterior es vinculativo con el Estudio de Energías Limpias en México 2018 - 2032, puesto que señala que en los sitios con alto recurso renovable los costos nivelados de generación de energía eólica y solar resultan ser más competitivos que las tecnologías de generación convencionales en México; lo cual, ha sido evidenciado en los resultados de las últimas tres subastas de largo plazo para el sector eléctrico (CESPEDES, 2018).

Además, existe un énfasis por aquella energía proveniente del hidrógeno, y es que para el año 2025, alrededor del 1.3% de la generación de energía eléctrica vendrá de este recurso, el cual requerirá de innovaciones tecnológicas sobre las turbinas que usan como combustible el gas natural y adaptarlas para el uso de este insumo (El Financiero 2021), por lo que el papel de la autoridad nacional será relevante para establecer las condiciones regulatorias para impulsar al hidrógeno dentro de la matriz energética nacional.

Finalmente, es importante destacar que en el año 2015 surgieron los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), cuya premisa establece proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos de cara al año 2030. En este sentido el ODS 7 se refiere a la Energía Asequible y No Contaminante; y mantiene como metas garantizar el acceso universal a servicios energéticos fiables y modernos, y aumentar considerablemente la proporción de energía renovable en el conjunto de fuentes de energía en el mundo (Naciones Unidas, 2021).