El Código de Red (CR), parte fundamental de la Reforma Energética (RE), mandata cómo deben de operar todos los participantes que se encuentren conectados al Sistema Eléctrico Nacional (SEN). Publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 8 de abril del 2016 se otorgó un plazo de tres años para su cabal cumplimiento. El CR tiene como principal objetivo el fijar un piso parejo entre todos los que se encuentran recibiendo o aportando servicio en el SEN.
En el caso de las empresas manufactureras esta regulación se ha visto como una imposición sin sentido y que representa un gasto inútil. Muy pocas, por desgracia, han cumplido. Aunemos que las inspecciones no han iniciado, aunque todo parece indicar que ahora sí vienen y los montos de las multas son significativos: inician en más de seis millones de pesos.
El reto de cumplir en una empresa manufacturera no es minúsculo, pues se deben de analizar decenas de parámetros desde calidad de la energía, protecciones y los sistemas de comunicación y control. Ningún ingeniero puede dominar todas estas áreas, por lo que el primer desafío es conseguir a una empresa que cuente con el personal calificado y con experiencia. Mi consejo es: pidan ejemplos de sus trabajos anteriores y referencias. Corto de estas precauciones caerán en manos equivocadas.
La segunda barrera es interna: conseguir los fondos económicos que los directivos, como es normal, cuestionarán, pero aquí se complica con un tema que la gran mayoría no entiende y que prefiere voltear hacia otro lado. Lo más recomendable es mencionar la penalidad, pero, igual de importante, los beneficios que se obtendrán por los puntos que mencionaremos más adelante.
Pasemos ahora a las oportunidades, que son más abundantes. Antes algunos datos: la mala calidad de energía eléctrica cuesta al año en Estados Unidos, de acuerdo con los datos del Electric Power Research Institute (EPRI) en Palo Alto, California, más de 150,000 millones de dólares por año. La cifra es muy relevante y máxime cuando se considera que es una tercera parte de la facturación eléctrica. Pero el EPRI también considera que el 80 % de las fallas son internas y no provienen de la red. Cifras muy similares se dan en Europa.
Una empresa que cumpla, de verdad, con el CR disminuirá significativamente sus índices de fallas con lo que mejora su continuidad y aumentará la vida de sus activos.
Aunemos que se conocerán los riesgos de operación que ponen en peligro a los usuarios, tanto internos como externos. Esto es debido porque debe de llevarse a cabo, de nuevo en un buen estudio de CR, los estudios de corto circuito y coordinación de protecciones que señalarán las zonas con mayor posibilidad de un siniestro.
Terminaremos, pero hay muchas más oportunidades, con el que se da a los colaboradores el mensaje de respeto absoluto a la ley y de cuidado a los que laboran en la empresa manufacturera.
Sencillo, nada bien realizado lo es, pero nos permitirá disminuir costos y proporcionar seguridad a los cercanos y a los nuestros. Veamos con buenos ojos al CR.
SANTIAGO BARCÓN
Es ingeniero eléctrico de la Universidad Iberoamericana con especialidad en sistemas de potencia. Cursó también una maestría en Administración en el ITESM campus Ciudad de México. Es coautor del libro: “Calidad de la Energía: Factor de potencia y filtrado de armónicas”. Realiza diversos cursos y seminarios en temas energéticos y de gestión de negocios con alto nivel de ingeniería. Es fundador de PQ Barcón.
