Un tema que constantemente encontramos en medios de comunicación es el esfuerzo de los países por medir, mejorar y, finalmente, alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres. Cierto es que México no está a los niveles de Islandia, Finlandia o Noruega, países que nos llevan una brecha de igualdad de género, que, en el mejor de los casos, nos tomaría de 70 a 100 años cerrar, eso sin contar el tremendo retraso que trajo consigo el paquete de medidas para evitar los contagios ante la amenaza de la pandemia de Covid-19, lo que estima unos 10 años más de retraso en la igualdad de género en la vida laboral de las mujeres en América Latina.
¿Qué hacer ante este escenario que podría advertirse como desesperanzador y reconociendo lo mucho que hay aún por hacer? El problema en particular no nos exime de la responsabilidad en general, pero personal, como mexicanos y mexicanas, de trabajar en conjunto con ideas a nuestro alcance y elaborando sencillas acciones que generen un impacto en todos los ámbitos, desde el cumplimiento de roles, como padres y madres de familia, como trabajadores y trabajadoras, como estudiantes, líderes y tripulantes del mismo barco y objetivo.
Hablando de las carreras STEM, tan necesarias para el desarrollo económico e industrial de cualquier país, datos del Observatorio Laboral señalan que los porcentajes de profesionales ocupados en Ingenierías son del 77.2% y el 22.8%, de hombres y mujeres respectivamente, mientras que en carreras Físico Matemáticas son del 72.3% y el 27.7%; en Ciencias Biológicas, a diferencia de las anteriores, los porcentajes se encuentran en 43.8% y 53.2% sólo debido a que los puestos de enfermería son ocupados en su mayoría por mujeres, no me extraña porque la capacidad de empatía y el cuidado del otro, se encuentran más desarrollados en las mujeres que en los hombres.
Una idea que puede ser asequible en la práctica es la de lograr la igualdad entre mujeres, apoyándonos unas a otras con conocimiento, apoyo, divulgación y comunicación. Como dicen por ahí, la unión hace la fuerza y las palabras impactan, pero el ejemplo arrasa y puedo decir, sin temor a equivocarme, que he conocido a grandes mujeres, profesionales de la ingeniería y la ciencia, que todos los días hacen pequeñas y grandes acciones, siempre de gran impacto en el crecimiento económico de México. Precisamos de más mujeres en la industria, en la Ciencia y la Tecnología, no sólo por su capacidad técnica, sino por su calidad humana.
Sólo imaginemos por un momento lo que conforma a los grandes líderes de la industria; además de su conocimiento técnico, es su capacidad de hacer crecer a las personas de las que se rodea y lograr objetivos en conjunto; todo eso es lo que las mujeres pueden, podemos aportar a la sociedad, desde distintos planos. Hoy necesitamos más foros y programas, tanto gubernamentales como académicos, donde la voz de estas “Mujeres Ejemplo” se escuche, sus logros se aplaudan y su liderazgo inspire a las jóvenes generaciones a ser parte de la recuperación económica que tanto necesita nuestro país.
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Lilia Jasso
Directora administrativa de Nitrex y presidenta del Capítulo México de la ASM International