Como consumidores, rara vez pensamos en la forma en la que los electrodomésticos facilitan nuestro día a día, y mucho menos pensamos en cuáles son las nuevas funciones o tecnologías que podrían integrarse para hacerlos aún mejores.
Aunque hemos encontrado en ellos la oportunidad de aprovechar mejor los recursos como tiempo, dinero y energía, sin duda, la evolución de la industria no solo considera el concepto de comodidad en la creación de los aparatos, sino también una serie de factores que tienen que ver con el desarrollo tecnológico y las necesidades particulares de cada época.
Hoy vemos estas premisas reflejadas en los electrodomésticos inteligentes, es decir, aquellos que tienen algún tipo de conectividad incorporada. La industria que representa a este sector ya suma un valor de 31,000 millones de dólares, y se espera que sea el segmento de los electrodomésticos con mayor crecimiento, al menos en las principales economías.
Nos intriga saber qué estamos dispuestos a aprender, pero también qué deberíamos cambiar, cuáles son las ideas que, aunque parezcan ajenas a la industria, podríamos transpolar para desarrollar nuestros productos.
Hoy, lo más importante de la tecnología y cómo la adaptamos a nuestras vidas también tiene que ver con un contexto económico complejo, con alta inflación, crisis ambiental, un escenario postpandémico que todavía pesa, una vida de mucho dinamismo y la incertidumbre que todo esto representa.
Lo cierto es que la historia de los electrodomésticos ha evolucionado pese a los problemas y, muchas veces, gracias a ellos.
Eso nos cuenta la historia del primer refrigerador eléctrico, por ejemplo, que llegó hace más de cien años. Se trataba del primer intento por conservar los alimentos con una máquina rústica que, se cuenta, ocasionó varios accidentes. Pero, incluso con ellos, significaba que existía la posibilidad de mantener la comida fresca para varios días más.
Tuvo que pasar tiempo, pero sobre todo ideas, para que hoy podamos comprar un refrigerador seguro, útil, y por qué no, también estético y ahorrador.
Cualquiera pensaría que ya se cumplió el máximo objetivo de los electrodomésticos porque tenemos una máquina que extiende la vida de nuestros alimentos, otra que nos ahorra tiempo y esfuerzo para tener la ropa limpia, y otras más que nos ayudan con varias tareas.
Entonces, ¿Qué más podemos esperar de nuestros aparatos?
Hace mucho tiempo que dejamos de usar los productos solo porque cubren nuestras necesidades básicas. Incluso diría que nuestras exigencias se han modificado en función de la tecnología y de nuestra relación con ella, así que la evolución de los electrodomésticos es continua y lo que viene es todo un redescubrimiento.
Hoy, por ejemplo, la tecnología 5G está ampliando los límites de la forma en que nos relacionamos con los electrodomésticos y con nuestros hogares.
Si hay algo que llama más mi atención es la interconectividad que promete la nueva generación de electrodomésticos, porque no solo se trata del acceso de los aparatos al internet, sino de cómo lo aprovechan para establecer la comunicación entre ellos y cumplir con sus funciones de manera integral.
Parece una obviedad, pero no es así. La conectividad permanente otorga a los electrodomésticos capacidades que nos permiten facilitar las tareas básicas del hogar, así como cuidar su buen funcionamiento, de la resolución de problemas técnicos, de supervisar las actualizaciones del software y todo bajo un esquema precedido por el internet de las cosas (IoT).
Si a eso le sumamos que la interconectividad permitirá cumplir con los objetivos sostenibles de la industria y utilizaremos la energía de manera eficiente, entonces podemos estar tranquilos pensando que, en efecto, estamos ideando productos que mejoran la calidad de vida e incluso las demandas cada vez mayores del cuidado del planeta.
Aun cuando las predicciones tienen sus propias limitaciones, se prevé una buena racha para el uso de la 5G en los electrodomésticos inteligentes. Esperamos, por ejemplo, el salto del inicio de la 5G en México en 2021, a un repunte en 2023 con alrededor de 32 millones de dispositivos móviles con esta tecnología.
Lo que nos permitirá observar esta nueva era de conectividad son los nuevos alcances de la comodidad, cómo los electrodomésticos nos proporcionan aún más libertad de la que ya gozamos para hacer nuestras actividades cotidianas y, sobre todo, cómo podemos hacer funcionar nuestros hogares con mayor responsabilidad y efectividad.
Y en términos de oportunidades para nuestro país, esta tendencia abre puertas para desarrollar proveedores no solo en manufactura, sino también en conectividad y software. Esta conexión entre el sector de electrodomésticos y el de tecnologías de información asegurará una gran oferta de valor para nuestra industria mexicana.
Yoelle Rojas
Es directora del Clúster de Electrodomésticos de Nuevo León. Luego de terminar sus estudios superiores en derecho, decidió cursar una segunda carrera equivalente a negocios internacionales. En 2006 terminó su maestría y comenzó a trabajar en una Cámara de Comercio en Francia. Gestionó vinculaciones y desarrollo de proveeduría para todo el mundo desde este frente. Ha trabajado en Cemex, Infosys e Index.