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Divirtualigente I4.0: Inteligencia Artificial desplaza a la Mano Laboral

Divirtualigente
Octavio Fernández.
Febrero 20, 2024
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La introducción de la Inteligencia Artificial (IA) en el sector productivo, específicamente en procesos que involucran capacidad o fuerza física humana, tiene diversas implicaciones que afectan a trabajadores o colaboradores, impactando profundamente en la dinámica laboral, ya sea de manera positiva o negativa, dependiendo del enfoque con el que se aborde.

Este tema de la transformación laboral no es nuevo. Durante la primera revolución industrial (1760-1840), la fuerza del vapor sustituyó a sistemas mecánicos rudimentarios con procesos más eficientes. El sector laboral transitó de un nivel de conocimiento a otro mediante el desarrollo del conocimiento tecnológico, resultando en un crecimiento económico para operar estos nuevos procesos.

La integración de robots en la manufactura de automóviles desde la década de 1970 ha aumentado y mejorado, reemplazando gradualmente a la mano de obra. Esto origina un nuevo rol para los colaboradores en la empresa, quienes se encargan de programar estos equipos, desarrollando nuevas capacidades que son mejor remuneradas. La tecnología, por lo tanto, genera cambios en las actividades y dinámicas laborales, así como en el desarrollo del conocimiento para el uso de estas nuevas tecnologías. Esta dinámica tecnológica no se detendrá; será continua y con un mayor énfasis cada vez.

Una de estas nuevas dinámicas es la inteligencia artificial. La IA tiene la capacidad de automatizar sistemas, procesos, tareas rutinarias y repetitivas, así como otras capacidades para mejorar la eficiencia y la productividad. Su uso impacta sustancialmente en la mejora y optimización de los procesos dentro de la empresa, como las líneas de producción, los sistemas de calidad, la gestión logística, el diseño de productos, las finanzas y otras áreas. La tecnología, a lo largo del tiempo, ha llevado a la reducción de mano de obra en trabajos que requieren menos habilidades cognitivas y un alto nivel de fuerza física.

Lo contradictorio de la IA y la fuerza laboral. Una falla potencial en el sistema de seguridad de un automóvil puede desencadenar un accidente fatal. Esta información se deriva de modelos analíticos y de IA con datos de varios años. Un factor de riesgo identificado es el uso intensivo de mano de obra en el proceso productivo. Para mitigar este riesgo, la integración de sistemas automáticos minimiza este tipo de impactos potenciales. La implementación de Robots con Visión y con IA se presenta como una solución. Este sistema robótico con IA puede ejecutar un proceso continuo en la línea de producción sin fatigarse, aburrirse o cometer errores que podrían afectar al producto y, en última instancia, al cliente. Este sistema sustituye la fuerza laboral.

La pregunta que surge es: ¿Es justo reemplazar a la fuerza laboral por un robot? Desde el punto de vista de la seguridad, el uso de un robot es inminente. Por otro lado, no es justo sustituir al colaborador de la línea de producción. ¿Entonces, qué hacer si ambos tienen razón? Pues bien, el reentrenamiento y la capacitación son opciones para cumplir ambas condiciones. Un colaborador con un mayor nivel de conocimiento proporciona un valor mayor a la empresa y, por lo tanto, merece una remuneración más alta. ¿Entonces, es injusto remunerar con un salario bajo a un colaborador que contribuye únicamente con fuerza física? Aumentar el conocimiento es una alternativa esencial en esta transición tecnológica y así dar una mayor remuneración. Es una responsabilidad es de todos nosotros.

La IA sustituirá la fuerza física del hombre y aumentará nuestra capacidad cognitiva. Eliminará algunas actividades o trabajos rutinarios no pensantes, pero también creará nuevos roles y posiciones en la estructura productiva, generando un mayor potencial de valor y, por ende, una mayor remuneración. 

La inteligencia artificial ya es un hecho, y no hay vuelta de hoja.

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