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Menos quejas, más propuestas

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Es curioso, pero parece ser que la sociedad que más ha sobresalido en la calidad de vida que ofrecen a sus ciudadanos, han sido aquellas que han pasado por procesos de catarsis, incluso algunas de estas fueron devastadas hace tan sólo 50 años, como Japón o Alemania, otras como Corea del Sur, tanto sólo hace 30 años atrás, era un país ensamblador de partes y componentes, hoy tiene una marca de automóviles que compite con las grandes compañías estadounidenses.


Han sido y serán las sociedades que entran en procesos de autocrítica y reflexión colectiva las que han logrado revertir para bien su condición económica y social, el mismo Marco Aurelio, el gran Emperador Romano, cuestiono el alejamiento de lo que dio origen a la gran Roma, con la visión de replantear el imperio.


La coyuntura nacional por la que atraviesa nuestro país y el mundo nos obliga a la reflexión, de la forma en que nos estamos conduciendo como sociedad, a realizar un análisis y determinar qué estamos haciendo en lo individual para obtener los resultados que en lo colectivo tenemos.
Creo que saltaría como uno de los resultados de esa reflexión y análisis, el que ahora se ha vuelto una costumbre señalar a otros de los resultados de vida; me parece riesgoso, limitante y con una falta de visión personal esta y otras prácticas que como sociedad, no nos proporcionan ningún valor, no resuelven de origen las situaciones que como sociedad estamos viviendo, al contrario nos hacen quedarnos en el pasado, en el regocijo de lo que fue y no de lo que podemos y debemos de hacer para tener una mejor calidad de vida.


Un país lo componen un gobierno y sus ciudadanos y es responsabilidad de ambos trabajar con responsabilidad compartida para que el desarrollo económico sea un bienestar social, pero es tarea de dos, es el momento de mostrar la decisión como ciudadanos de aportar no sólo nuestro trabajo, sino nuestra participación en aras de construir una mejor nación, para y por nuestros hijos, saquemos del cajón de los recuerdos los valores y el valor para trabajar desde el frente que nos corresponde, con una autocrítica individual para conocer qué tanto estamos cumpliendo primero con nosotros mismos y después con esta maravillosa nación.


Entiendo que la práctica del autoanálisis no es cómoda, incluso puede llegar a ser dolorosa, pero sin lugar a dudas es necesaria, este país necesita menos quejas y merece más propuestas, que emanen de una sociedad participativa, deseosa de reconstruirse.
El quejarse sólo sirve para vaciar tu encono de frustración y de desolación, de la falta de esperanza que tienes en ti mismo y en tu sociedad el quejarse niega tu verdadera capacidad que dicho sea de paso ¡es para más!, te preguntarás ¿cuál capacidad? Esa que tienes dormida, y que por miedo no la has despertado, esa que está detrás de la idea de que todos son responsables del resultado de tu vida, todos, menos tú, esa capacidad de enfocarse más en las soluciones que en los problemas, esa capacidad de amar lo que eres para lograr lo que quieres.
¡Basta de quejarse!


Menos quejas y más propuestas necesitamos como nación, como sociedad, como persona, menos justificaciones y más razones para transformar a bien esta gran nación, no tengo la menor duda que será difícil, pero creo que es más difícil no hacer nada y seguir por esta senda de falta de amor y cariño a lo que somos y hacemos, seamos una sociedad crítica ¡sí!, pero iniciando con nosotros mismos, analizando qué hemos dejado de hacer para volverlo hacer, dejando de responsabilizar al pasado y lo que sucedió, mejor luchemos por lo que busquemos realizar, esto es muy claro, si tú como ciudadano cumples con tus responsabilidades de esa forma estas cumpliendo con tu nación.


Mi padre decía que había dos formas de hacer las cosas, “hacerlas por hacerlas” y “hacerlas extraordinariamente”, requerimos ciudadanos comprometidos consigo mismos para comprometerse con su nación, necesitamos hombres y mujeres de valores y de valor para poder resistir a los embates de la crítica, de la falta de visión, y del confort en el que nos hemos sumido.
México merece una sociedad que se queje menos y proponga más.
Amo mi nación


“No te preguntes qué hará tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu país.”
John F Kennedy

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