Durante la presentación del estudio “La calidad del aire en las ciudades”, se relataron las experiencias con iniciativas y acciones que sirvieron en la reducción de contaminantes en las ciudades, obteniendo un impacto positivo en la salud y calidad de vida de sus habitantes.
Respecto a la calidad del aire en la Ciudad de México se destacó que es un claro ejemplo donde las actuaciones en materia de política ambiental han permitido mejorar la calidad del aire en las dos últimas décadas. Sin embargo, los niveles de partículas inferiores a 10 y 2.5 micras (PM10 y PM2.5) y ozono (O3) siguen siendo elevados, por lo que son necesarias nuevas estrategias para mejorar la calidad del aire.
Además, el estudio precisó que los contaminantes como
dióxido de azufre (SO2) y monóxido de carbono (CO), ya no son un problema en
cuanto al cumplimiento normativo de los valores límite nacionales. También,
acotó que se requiere replantear el ordenamiento territorial y buscar un
desarrollo urbano que minimice los daños en la salud de los habitantes y en los
ecosistemas.
Por lo que es necesario trabajar en conjunto de las medidas tecnológicas y no-tecnológicas para reducir la exposición a la contaminación de los habitantes de la ciudad.
David Rojas, profesor en el Instituto de Salud Global Barcelona, enfatizó que tener una mejor calidad de aire en toda la Ciudad de México y sus alrededores sería un ahorro de más de 10 mil millones de dólares y una prevención de 6 mil 687 muertes.
“El 2020 marcará una fecha icónica a nivel mundial en
materia de cuidado ambiental y mejora de la calidad del aire con la entrada en
vigor del acuerdo de París. Mientras que el 2024, será un año clave para ver si
realmente a nivel mundial se están cumpliendo con los compromisos que cada país
acordó. Es por eso por lo que Aire 20|24 va más allá de un seminario, se trata
de un llamado para recordar el compromiso que tenemos todos para atender la
emergencia global”, comentó María Eugenia Coronado, directora general de
Fundación Naturgy.