La empresa IEA, dedicada a la manufactura de
bobinas de ignición automotriz, es líder en su sector gracias a los altos
estándares de calidad que manejan, mismos que le permiten atender a las
principales marcas automotrices del mundo.
La empresa tiene sus inicios en 1968, en la
Ciudad de México. Anteriormente se dedicaban a atender a empresas Tier 1 con la
manufactura de productos como pistones, válvulas de motor, empaques y juntas
homocinéticas, entre otros. En 1992 cambió su vocación para enfocarse en la
proveeduría del mercado de refacciones.
Diez años después, un grupo de empresarios
jaliscienses la adquirió y como parte de la nueva estrategia, la mudaron a la
Zona Metropolitana de Guadalajara. Desde entonces es de capital 100% mexicano.
“Actualmente manejamos dos grandes líneas: la
bobina epóxica y la bobina de aceite. En este último tenemos un producto de muy
buena calidad; somos los únicos que lo producimos en México”, asentó José
Miguel Martínez, socio fundador y presidente del consejo.
La empresa atiende a otros proveedores a
través de la maquila de marcas privadas de estos artefactos. Esta estrategia
permitió que IEA se colocara en la preferencia de diversos clientes, al
respaldar el trabajo con altos estándares de calidad. Prueba de ello es la
certificación ISO 9001/2008 con la que cuentan.
En el caso de las bobinas húmedas, son
limitados los modelos que cubren la demanda de todo el parque vehicular. Sin
embargo, las nuevas tecnologías –bobinas epóxicas- tienden a cambiar la
geometría de sus componentes con cada generación, por lo que se requieren
inversiones fuertes que se justifiquen por el volumen de bobinas a manufacturar.
Por ello, IEA mantiene alianzas estratégicas con proveedores para siempre dar
una respuesta adecuada a las necesidades del mercado.
Al año, la empresa fabrica aproximadamente
450,000 unidades en total. “El
60% de nuestra producción está destinada a la exportación”, comentó el
empresario. Actualmente, la empresa
exporta sus productos a Estados Unidos, Brasil, Colombia y otros países de América
Latina. Por otra parte, ofrecen productos a través de su marca, Presto
Plus.
Los planes a futuro incluyen ampliar la línea
de producción de las bobinas epóxicas. “Esto implicaría probablemente una
reingeniería en el diseño de la planta. Para poder jugar en
grandes ligas hay que aprender y ofrecerles lo que necesitan”, aseguró el empresario.
Calidad, un distintivo
“Cuando la gente ve
nuestro sello de identificación, sabe que es un producto de calidad”, afirmó. Gracias
a los insumos de primer nivel, las bobinas están diseñadas para soportar
temperaturas de hasta 40 grados bajo cero.
“Otro factor es la
ingeniería del producto, ya que debido al movimiento natural de los vehículos,
se pueden fracturar ciertas partes internas. Por eso, nosotros usamos un tipo
de trenzado de cobre que absorben esas vibraciones y no se desprenden”, dijo.
En tanto, acotó que
trabajan bajo rigurosos protocolos de calidad, que garantizan la durabilidad de
las bobinas. “Utilizamos un tipo de cobre que soporta hasta 200 grados
centígrados, además de que hacemos diferentes capas en el embobinado. Con esto,
logramos subir la eficiencia para que trabajen a 27,000 volts, mientras que las
importadas te dan 23,000. La diferencia de voltaje no la notas porque el auto
funciona bien, pero al poco tiempo te das cuenta de que empiezas a consumir más
combustible y que no tienes una explosión eficiente en la cámara, que deriva en
generar más contaminación. Cuando tienes los 27,000 volts, el rendimiento del
vehículo es mayor; a veces una diferencia tan pequeña tiene un impacto muy
grande”, compartió.